Álvarez se queja de las costillas, porque este pasado sábado se pegó una buena leche en Montichiari (Brescia, Italia), cuando luchaba por ser segundo en la primera prueba del Internacional de Italia de mountain bike que ganó el danés Jakob Fulgsang , actual campeón del mundo sub 23. "Se me escapó, iba bien, pero se nos fue. Yo me quedé en un grupo con otros cuatro corredores. Al final hice quinto", recuerda entre sus inevitables sonrisas.
Corredor respetado
Un quinto puesto. Tal vez discreto para los grandes titulares. Viene mejor, sin duda, su reciente victoria en una prueba de la Copa Liguria disputada en Alassio. Y ya van dos resultados en Italia. ¿No era una salida excepcional, una de tantas? No desde 2007, cuando Il spagnolo tuvo que emigrar al país transalpino para poder seguir siendo profesional en un deporte, la bici de montaña, donde son escasos. Y en España, más aún. Ahí está su particularidad: en Italia ha encontrado los apoyos que no encontró aquí. "Me siento respetado", añade.
"Busqué equipo como un loco, mandé muchos currículum y, si te digo la verdad, iba buscando con los pantalones bajados. Pero nada. Al final encontré un hueco en el KTM, en Italia. Ahora estoy muy contento con aquella decisión", dice Álvarez, que fuera uno de los jóvenes más prometedores del mountain bike nacional, pero que en 2005 y 2006 no tuvo dos buenos años.
Pero el italiano Gianfranco Bechis, el director del equipo KTM, confió en él. A cambio tenía que centrarse en Italia e ignorar otras competiciones menores en España. El apoyó de KTM concluyó, pero llegó para 2008 llegó Giant y el equipo sigue. Y en él, Iván Álvarez, encantado con "el trato es admirable" que recibe. Y con las carreras. "Creo que hay más nivel, sobre todo en las pruebas del norte del país, que reciben muchos bikers de la zona centro de Europa. Aquí se vuela. Ganar es muy difícil, porque hay muchísima gente con calidad, pero vamos por el buen camino para hacer cosas importantes", explica. En 2007 logró algún segundo puesto. Este año ya sabe qué es ganar.
En casa de su director
Ese encantamiento quizá se deba, todo sea dicho, porque el director de la formación le ha abierto las puertas de su propia casa, en Torino, para sus largas estancias en Italia. "Vivo entre Talavera e Italia -se ríe-; un no parar. Entre la concentración del equipo y dos carreras, me he tirado un mes allí. Ahora pasaré unas semanas aquí. Me han llamado para que vaya a la primera prueba del Abierto de España, en La Rioja, pero no sé si iré".
¿Volvería a un equipo español? "¡Buf! No sé. Habría que pensarlo bien. Allí estoy muy cómodo y el idioma no es un problema". Duda. Y vuelve a reír. Podrá verse su equipación, eso sí, en alguna que otra prueba española... cuando esté libre de compromisos en Italia.
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