Alonso gana en Malasia y pasa a liderar el Mundial de Fórmula 1

Fernando Alonso (dcha), de la escudería Ferrari, celebra su victoria en el Gran Premio de Malasia junto al mexicano Sergio Pérez (izqda).
Fernando Alonso (dcha), de la escudería Ferrari, celebra su victoria en el Gran Premio de Malasia junto al mexicano Sergio Pérez (izqda).
EFE
Fernando Alonso (dcha), de la escudería Ferrari, celebra su victoria en el Gran Premio de Malasia junto al mexicano Sergio Pérez (izqda).

No faltó a su cita -casi anual- la lluvia en Malasia. Un Gran Premio, el segundo de la temporada, que se recordará por el diluvio caído sobre Sepang, que obligó a parar la carrera durante una hora, pero también por la victoria de Fernando Alonso (Ferrari), que vuelve por la puerta grande a ser líder del Mundial de Fórmula 1.

Como un reloj, la lluvia hizo acto de presencia justo antes de que arrancara el Gran Premio de Malasia. Malas noticias para Alonso, que había manifestado en la previa que no quería agua, sobre todo si salía muy atrás. Muy pronto hicieron estragos las primeras gotas que en un abrir y cerrar de ojos se convirtieron en un diluvio. Trompos de Schumacher, monoplazas patinando sobre la reconvertida pista de Sepang y Alonso adelantando puestos hasta colocarse quinto.

La dirección de carrera decidió entonces sacar el 'safety car' en Sepang. Circunstancia que no duró mucho, ya que un par de vueltas después, en la novena, y ante las previsiones de más agua, se decidió parar la carrera.

Una hora después, y ya con menos lluvia, se relanzó la carrera con todos los pilotos con los neumáticos extremos puestos. La clasificación provisional era la misma que cuando se alzó la bandera roja: Lewis Hamilton líder, por delante de su compañero y compatriota Jenson Button y del mexicano Sergio Pérez, que era tercero. Fernando Alonso, que, tras arrancar octavo, protagonizó una buena salida en la que ganó tres puestos, ocupaba la quinta plaza provisional tras la reanudación, por detrás del australiano Mark Webber. De la Rosa ocupaba el 17º puesto.

Fue entonces cuando el asturiano comenzó a dar una lección de pilotaje. Superó a Webber y a Button, que, además, cometió un error tremendo y rompió el morro de su coche.

Alonso, en una maniobra perfecta, adelantó a Sergio Pérez, que lideraba en esos momentos la carrera, y pasó a comandar este Gran Premio pasado por agua. Fue en la vuelta 19. A partir de entonces, el asturiano protagonozó vueltas rápidas para comandar con autoridad en Sepang.

Sin embargo, y con la pista húmeda por el mal drenaje de Sepang, Alonso se fue quedando sin ruedas, y Sergio Pérez se le acercó a tan solo 2 segundos. La estrategia de Ferrari fue clara: poner neumáticos de seco y rezar para que no lloviera. Estrategia que siguieron poco después Sergio Pérez y Lewis Hamilton. Quedaban 14 vueltas por delante y todos miraban al cielo.

Con Hamilton lejos de la cabeza, la carrera se convirtió en un mano a mano entre Alonso y Pérez. Aunque para entonces, el mexicano ya era imparable y su ritmo de carrera demasiado para el coche de Alonso. Pero el bicampeón es mucho piloto y aguantó y aguantó las acometidas de Pérez. Una salida de pista del mexicano a falta de seis vueltas permitió al asturiano tomarse un respiro y unos metros que iban a ser esenciales al final.

Alonso se coloca con esta victoria líder del Mundial.

El mexicano Sergio Pérez (Sauber) y el británico Lewis Hamilton (McLaren) completaron el podio.

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