Freire, que ya anunció que no acabará la prueba para seguir su preparación del Mundial (posiblemente se retire mañana, cuando la Vuelta llega a Suances, en Cantabria), demostró que su momento de forma es bueno llegando bien colocado a la recta final y, sobre todo, remontando con fuerza en los últimos metros al belga Tom Boonen, para el que, un día más, el Quick Step trabajó en la parte final de la etapa.

Tres protagonistas

Hasta ese duelo final entre Boonen y Freire, los 178 kilómetros entre Calahorra y la capital burgalesa estuvieron protagonizados por tres corredores: Serafín Martínez (Xacobeo-Galicia), José Antonio López Gil (Andalucía-Cajasur) y el ucraniano Andriy Grivko (Milram). El trío consolidó su escapada sobre el kilómetro 35, alcanzaron una diferencia a su favor de siete minutos y rodaron en cabeza hasta los últimos siete kilómetros, cuando el trabajo del Quick Step, Lampre y Liquigas dio sus frutos.

Para la duodécima etapa, 186,4 kilómetros entre Burgos y Suances (Cantabria), la organización de la Vuelta propone un recorrido interesante con los pasos por Bocos (780 metros, tercera categoría) y, sobre todo, La Lunada (1.350 m, segunda categoría) y El Caracol (820 m, segunda categoría), dos de los atractivos de la marcha cicloturista que promueve Iñigo Cuesta.

Aunque la cima del último está a 61 kilómetros, el terreno cántabro esconde muchos repechos no puntuables. Una etapa cuyo diseño podría ser mejorable, pero que sí aporta algo de aire fresco a los trazados. Hoy, de todos modos, el fallecimiento de Tito Moreno y, especialmente, el retorno de Lance Armstrong eclipsaron la jornada.

Opiniones de Freire

El cántabro valoró en meta su triunfo, una victoria que calificó de "merecida" por "el trabajo del equipo": "Ayer tenía piernas, pero no tuve hueco. Hoy no me ha faltado nada". "Ha sido un sprint muy lanzado, yo estaba bien colocado y Flecha y Horrillo han estado conmigo y eso se nota. Luego, he cogido la rueda de Boonen y he salido en el momento justo", explicó Freire.

El ciclista del Rabobank, que anunció que la de mañana será su última etapa, se mostró feliz con la victoria porque era la primera desde el Tour, porque "ganar en la Vuelta siempre es importante" y, además, "porque estaba la familia y ha sido cerca de casa". "La etapa de mañana es perfecta para Alejandro Valverde y Paolo Bettini", avisa.