Es la segunda vez que visito este país, pero siempre ha sido para disputar un torneo, nunca me ha dado tiempo a conocerlo porque, entre partidos y entrenamientos, apenas queda tiempo para hacer turismo. Espero que algún día pueda volver, de manera relajada, no sólo a competir.

 

 

Hoy por hoy, todas mis pasiones están en España.

 

 

Sobre todo, el baloncesto, una afición que hemos heredado mi hermano y yo de mis padres, pero que hasta mis primos y tíos llevan en las venas. Se nos ha contagiado a toda la familia.

 

 

Sí, claro, y tengo chico.

 

 

Todo, absolutamente todo. No sólo somos hermanos, sino también los mejores amigos del mundo; de modo que, antes de dar un paso, siempre me llama para cambiar impresiones. Los dos nos fuimos pronto de casa por culpa del baloncesto y sabemos lo que esto significa. Además, tras algunos años separados volvemos a estar juntos en Barcelona.

 

 

Sí, y creo que le ha servido para madurar. Le he notado más hecho. Para él ha sido una aventura muy positiva.

 

 

En este tema, como es natural, prefiero no opinar. Me ciega la pasión. Sólo puedo decir que Rudy llegará tan lejos como él se proponga.

 

 

No podría. Además, a mí tampoco me va mal. Ya he conseguido cuatro Ligas, tres con el Ros Casares y una con el Barcelona, dos Subcampeonatos de Europa con la selección absoluta y una medalla de oro con las júnior; creo que es un buen palmarés para una chica de mi edad.

 

 

Somos un equipo, aquí no hay cracks de ningún tipo, lo que ocurre es que, en este caso, Amaya y yo representamos la veteranía y la savia nueva. Por eso se empeñan en presentarnos como iconos, cuando no es el caso.

 

 

Con ganas de comerse el mundo. El ambiente es tan bueno que creo que podemos mejorar la medalla de bronce del último europeo y conseguir, de paso, la clasificación para el mundial.

 

 

Tengo tan buenas vibraciones como cuando ganamos aquí, en 1998, el Europeo Júnior, pero sospecho que no será tan sencillo, todas las selecciones que acuden al Campeonato de Europa están a un gran nivel.

 

 

Creo que la selección más fuerte es la rusa. Tiene jugadoras con mucha experiencia. Después está Turquía porque tiene una selección  potente y juega en casa.

 

 

Leer. Leo mucho y me llevo libros hasta a los partidos.

 

 

Acabo de terminar La Sombra del viento, de Ruiz Zafón. Me ha impresionado. Me ha atrapado desde el principio hasta el final.

 

 

¿Un olor? El del mar.

 

¿Un sabor? El del queso.

 

¿Un color? El azul.

 

¿Su ciudad ideal? Barcelona.

 

¿Un actor? Brad Pitt.

 

¿Lugar para veranear? La playa.

 

¿Una día perfecto? En la playa, en Mallorca.

 

¿Qué detesta? Los champiñones.

 

¿Su plato preferido? Los canelones.

 

¿Guisa? De vez en cuando.

 

 

Marta lleva el baloncesto en la sangre. Es hija de jugadores y hermana de Rudy Fernández. El jugador del Joventut está entre los más deseados por la NBA, y aunque este año ha renunciado a estar en el draft, seguro que pronto lo podremos ver en los Estados Unidos.

 

 

 Marta Fernández nació el 22 de diciembre de 1981. Mide 178 cm. Ha sido campeona de Liga en cuatro ocasiones y ganó el Europeo Júnior en 1998. Es una de las jugadoras importantes de la selección española, con la que participa en el Campeonato de Europa que se celebra en Turquía.