Este lunes, fiesta nacional de EE UU, jornada para fugas y llegadas masivas en el Tour, un chico de Washington que llegó al ciclismo por su padre logró su primera victoria en el Tour, concretó su entrada en el club de ganadores en las tres grandes vueltas (se estrenó en la Vuelta, en 2009; y en el Giro, en 2010) y sobre todo pudo honrar a un amigo y vecino en Gante, el belga Wouter Weylandt, que falleció durante el pasado Giro de Italia.

Ese chaval, Tyler Farrar, 27 años, le dio en la meta de Redon su segundo éxito en este Tour al Gamin-Cervélo (el equipo del todavía líder, Thor Hushovd, y el ganador de la crono por equipos).

Además, frustró la ambición del murciano José Joaquín Rojas (Movistar), uno de los seis ciclistas que evitó el corte provocado por la caída del francés Dumoulin (Cofidis) en la última curva, y que logró el premio del jersey verde a la regularidad.

Un premio, el verde, a la constancia personal y colectiva, ya que su compañero Iván Gutiérrez y el ‘euskaltel’ Rubén Pérez formaron parte del quinteto que rodó fugado desde el primer kilómetro con la permisividad del pelotón.

Este martes, cuarta etapa, final de clásica en el Muro de Bretaña, dos kilómetros al 7%, un buen lugar para que Alberto Contador empiece a recortar distancias... Si puede y Andy Schleck, Cadel Evans y compañía le dejan.