Con el fondo dominado por África y la velocidad por el Caribe, fundamentalmente, la cuestión atlética obliga a la especialización, exige la búsqueda de nuevos caminos. "El perfil que, en muchos casos, puede definir el futuro del atletismo español, en cuanto a logros internacionales, va a estar ligado a las pruebas técnicas de saltos y lanzamientos", que decía Manolo Martínez al poco de hacerse cargo de la parcela de lanzamientos de la Federación Española de Atletismo. Y lanzar, no lanza. No oficialmente, claro, porque el atletismo tiene mucho de diversión para él y siempre hay un momento para todo. Lo de Eusebio Cáceres es saltar. Y saltar mucho.

El alicantino se colgó la medalla de oro en el salto de longitud de los Europeos sub-23 de Tampere con un salto de 8,37 metros, lo mismo que saltó todo un bronce olímpico como Joan Lino en 2005 (aunque bajo techo) y 19 centímetros menos que los 8,56 metros que voló Yago Lamela en 1999, récord nacional desde entonces. Lamela, precisamente, perdía el récord de los campeonatos por un centímetro. Cáceres, alicantino de Onil, alcanzó los ocho metros cuando aún no había cumplido los 18 años. Y desde entonces, crecer y evolucionar como júnior y juvenil.

Ganador este año del concurso de longitud en la Reunión de Rabat (8,22 metros) y en la de Dakar (8,20 metros), el atleta alicantino no sólo logró en Tampere la mínima A para acudir a los Mundiales de Moscú, todo un billete por la puerta grande, sino que sigue alimentando la percepción de que tarde o temprano de sus brincos nacerá un nuevo récord nacional.  "No me atrevo a decir que lo logrará", dice Jesús Gil, uno de sus técnicos junto al exdecatleta José Antonio Urueña; "pero a sus 21 años y con todas esas cualidades sin duda puede llegar a saltar mucho. Potencialmente tiene el récord de España. Con los entrenamientos que ha hecho, con una mejora de su velocidad y de la potencia puede saltar, por qué no, 8,60 metros. Y por qué no, el año que viene".

¿Qué es lo mejor de Cáceres como saltador? Gil no lo duda: "Las cualidades físicas las tiene y, sobre todo, es muy veloz. Posee unos tobillos privilegiados. Pero también en estos últimos 18 meses ha cogido mucha confianza en sí mismo y en sus posibilidades. Sigue siendo una persona sencilla. Pero cree, no se achica. Cuando regresó de Tampere no los comentaba: 'sabía que iba a hacer ese salto'. Esa actitud le está dando un plus". La velocidad, esa que elogian sus técnicos, siempre le ha gustado. En Tampere participó en el relevo 4x100, con el que se colgó el bronce. "Y en los Nacionales Promesas de Toledo del año pasado hizo segundo en la prueba de 100 metros. Y cuando apenas había pasado tres cuartos de hora saltó 8,31 metros en longitud, con viento ilegal eso sí. A Eusebio le divierte, le gusta la presión. Otro no lo sé si podría compaginar estas pruebas, pero él si puede hacerlo. La combinación le relaja, disfruta con las dos. Es más, si nos fijamos yo diría que siempre le va mejor el concurso en el salto de longitud cuando lo compagina en alguna carrera de velocidad". En los próximos Nacionales de Alcobendas (27 y 28 de julio) sólo se centrará en una.

¿En qué puede mejorar Eusebio? "Técnicamente está muy muy bien", manifiesta Gil. "Una mejoría no llegará por algo concreto. Llegará por algo más general porque tiene mucho margen. Pero también es cierto que a más velocidad, más salto. Si en vez de correr en 10.35 corre en 10.26 pues mejorará el salto". Y en esa búsqueda, un pero: "Si mejora la potencia, mejorará las marcas. Pero su musculatura no tolera bien las pesas, se le carga pronto. Tiene que tener cuidado con la musculatura".