Alberto Contador se aferra al rosa del Giro de Italia por cuatro segundos

  • Di Luca puso contra las cuerdas al líder en el Vivione.
  • Riccò, segundo en la general, atacó en la subida final al Monte Pora.
  • Este sábado Contador se defiende en el Gavia, el Mortirolo y el Aprica.
  • Así vivimos la etapa, en directo.

Prometieron ataques y cumplieron con su palabra. Los italianos Riccardo Riccò (Saunier Duval-Scott) y sobre todo Danilo di Luca (LPR) pusieron contra las cuerdas las maglia rosa de Alberto Contador en la montañosa decimonovena etapa del Giro, 228 kilómetros entre Legnano y el Monte Pora.

Pero el madrileño del Astaná logró retener la prenda, y su condición de líder, por apenas cuatro segundos. El podio del Giro se aprieta, con los tres primeros en menos de 21 segundos y las rampas del Gavia y el Mortirolo esperando para mañana.

Ganó el ruso Vasil Kiryienka (Tinkoff), que le dio a su equipo su segunda victoria parcial en este Giro tras 6 horas 37 minutos y 32 segundos sobre la bicicleta. Una jornada interminable de agua, ritmo alto y rampas en la que Kiryienka fue el superviviente de una numerosa fuga que llegó a la ascensión del Vivione (1.828 metros) con una minutada, mientras en el pelotón se fraguaba la batalla por el liderato.

Los durísimos cinco kilómetros finales del Vivione no depararon ataques en el grupo de favoritos. Solo Emanuele Sella (CSF-Navigare), buscando puntos para su maglia verde de la montaña, se movió arriba. Y el Astaná le marcó. Pero la verdadera batalla comenzó en la bajada. Un descenso largo y revirado, un eterno culebreo de curvas y contracurvas con la dificultad añadida de la lluvia.

Di Luca, un guerrero

Allí se sacó de la chistera el mago Danilo di Luca, vigente ganador del Giro, a su lugarteniente Paolo Savoldelli, el halcón; il falco. Uno de los tres mejores bajadores del mundo. Savoldelli, biganador del Giro (2002 y 2005), se puso a marcar un ritmo que siguió Di Luca sin dudar y al que se pegó Nibali (Liquigas). Tras haber mostrado debilidad en los Dolomitas y ser uno de los grandes perjudicados de la cronoescalada al Plan de Corones, Di Luca imitó lo que hizo Miguel Induráin en el que sería su primer Tour, el de 1991: revolucionar una carrera en un descenso.

Atrás, Contador tomaba precauciones mientras sus compañeros Toni Colom y Andreas Klöden marcaban el ritmo. La primera referencia hablaba de un preocupante hueco de un minuto y veinte segundos, pero el trabajo del Astaná la redujo hasta 1' 03. Sin embargo aún le quedaba otra baza al LPR. Darío Ermeti, integrante de la fuga del día, se descolgó esperando a su líder. Su llegada permitió descansar a Savoldelli e igualó las cosas: tres LPR contra tres Astaná a 25 kilómetros del final. Una doble contrarreloj por equipos con el Giro en juego. Gilberto Simoni (Serramenti), tercero en la general, sufría para seguir el ritmillo marcado por los pupilos de Contador.

Las diferencias fueron aumentando de nuevo, con Savoldelli , en su patria chica, exprimiéndose por su líder. Di Luca se iría sólo a 15 del final, mientras por detrás el Astaná mantenía todavía a Klöden trabajando para un Contador que no dejaba de recibir referencias por el pinganillo.

Pero fue Riccò

Di Luca no cedió tiempo en la corta pero exigente subida a La Presolana. Casi en la cima, el ganador del pasado Giro, a 2 minutos y 18 segundos en la general, acariciaba la maglia. En el descenso, trazando como si fuera Valentino Rossi en su motocicleta, Di Luca tuvo algún susto, pero siguió arriesgando.

Fue en la subida final al Monte Pora, tendida pero endurecida por la intensidad climatológica y deportiva de la etapa, en la que Contador se soltó. El madrileño, aferrado hasta entonces a la prudencia, atacó cuando las referencias le daban únicamente tres segundos de ventaja sobre Di Luca. La arrancada de Contador la siguieron sin problemas Sella, Riccò y compañía. Simoni, en su peor día en el Giro, ya hacía algunos cientos de metros que se había quedado. Al acelerón de Contador le dieron continuidad Sella, Riccò y otra vez Sella. Contador aguantó bien y ahí, en esa reacción, basó su defensa del rosa ante Di Luca. Pero quedaba lo peor.

La Cobra Riccò, segundo en la general, lanzó un ataque durísimo que, pese a sus intentos, quemó a Sella y a Contador. El madrileño encontró la colaboración del CSF-Navigare, de Pellizotti y hasta de Vandenbroeck (Silence-Lotto) mientras Di Luca luchaba por coger bonificación (llegó tras Vasil Kiryienka y cogió 12 segundos ) y Riccò volaba hacia el rosa.

Cuatro segundos, sin embargo, mantienen al de Pinto como líder de un Giro que este sábado tiene su última oportunidad montañosa: 224 kilómetros entre Rovetta y Tirano. Tres jueces en el recorrido: el Gavia (2.618 m), el Mortirolo (1.851 m) y Aprica (1.173 m). Ni un metro para recuperar ni tampoco un día muy adecuado para fallar. La crono de Milán del domingo es una pesadilla para la armada italiana, que quemarán sus cartuchos en los rampones del Mortirolo.

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