Carla Suárez: "Estar entre las diez mejores tenistas del mundo no es ninguna presión"

  • La grancanaria Carla Suárez, reciente subcampeona del Masters de Miami, se convirtió en la tercera tenista española que alcanza el 'top-ten' de la WTA.
  • "A Rafa Nadal le vemos como un extraterrestre, como un ser divino, pero es una persona normal con sus momentos mejores y peores".
  • "El tenis femenino ha evolucionado mucho. En el juego ha ido más hacia lo físico, la fuerza, la envergadura… Antes se jugaba más despacio".
  • "Los jugadores no critican en ningún momento a Gala León por el hecho de ser mujer, se quejan de la forma de elección de la capitanía del equipo de la Davis".
La tenista Carla Suárez Navarro de España celebra después de vencer a Venus Williams de Estados Unidos, durante un partido del Torneo de Miami, en Cayo Vizcaíno, Florida (EE UU).
La tenista Carla Suárez Navarro de España celebra después de vencer a Venus Williams de Estados Unidos, durante un partido del Torneo de Miami, en Cayo Vizcaíno, Florida (EE UU).
Erik S. Lesser / EFE
La tenista Carla Suárez Navarro de España celebra después de vencer a Venus Williams de Estados Unidos, durante un partido del Torneo de Miami, en Cayo Vizcaíno, Florida (EE UU).

La tenista grancanaria Carla Suárez ha vuelto a situar una raqueta del tenis femenino español entre las diez primeras de la WTA y se ha convertido, tras la catalana Arantxa Sánchez Vicario y la aragonesa Conchita Martínez, en la tercera mujer que lo logra. Un hito que no es el final del camino, sino un punto y seguido, y que enmienda una ‘sequía’ que solo la 16.ª plaza de la valenciana Anabel Medina en 2009 había esbozado con evitar.  Suárez, que junto a Garbiñe Muguruza encabeza la nueva 'armada' femenina, cimentó el paso definitivo en Miami, el quinto grande, cuya final perdió con Serena Williams.

No se considera una persona supersticiosa, pero a la hora de apuntar qué es lo que no falta nunca en la maleta, además de lo básico y las herramientas de trabajo, no lo duda: Un libro. "Me gusta leer. Voy por épocas, alguna veces muchos, otras menos, pero siempre llevo lectura. Unas te enganchan más, otras menos… Me gusta leer antes de irme a dormir y luego, claro, en los vuelos. No tengo una temática favorita y varío mucho, desde novela policiaca a histórica o incluso libros de autoayuda", aporta. Desde Barcelona, donde afronta una pausa antes de los torneos sobre tierra batida, y desde donde recomienda La última lección, de Randy Pausch,  atiende la llamada de 20minutos.

Había mimbres, estructura e incluso cierta tradición… ¿por qué cree que ha tardado tanto tiempo en concretarse el ver a una tenista española entre las diez primeras tras Arantxa y Conchita?

No es fácil. Tienes que tener un nivel muy alto, hay mucha competencia de las jóvenes,  mucha jugadora del este, mucha asiática… Hay mucha competencia, de mucho nivel y con un rendimiento muy alto que te exige mucha preparación y mucho detalle. Al final, es muy complicado.

¿Este top-10 es una presión adicional en su progresión o, al contrario, un aliciente? A más nivel, más foco mediático, entre otras cosas…

En absoluto. El hecho de entrar entre las diez mejores tenistas del circuito es un aliciente para trabajar más y seguir mejorando, pero nunca una fuente de presión. Sería una tontería que fuera así después de tantos años de trabajo luchando por el objetivo… (sonríe).

Ahora afronta un periodo de descanso. Un eufemismo eso de 'descanso', porque en el tenis parece que se quiere decir verdaderamente 'sin viajar ni competir'…

(Ríe) Bueno, después de Indian Wells y Miami me tomé un par de días tranquilos.  Un par de ‘diitas’. Pero no podemos hablar de descanso en sentido estricto porque no estamos en casa sin entrenarnos, no.

Entre tanto viaje, con tanto compromiso,  ¿es fácil seguir todo lo que pasa en el mundo cada día o al final la alta competición te introduce en una especie de burbuja?

Para mí personalmente es importante no perder contacto con la realidad, estar al tanto de lo que pasa y que no haya ningún tema que me coja por sorpresa. Cuando estoy en Barcelona  sí estoy más pendiente, claro.

En ese ‘descanso’, ¿varía en algo la dinámica del día a día con la raqueta, más allá de la intensidad?

Bueno, realmente no es igual el trabajo durante la pretemporada que en Australia o estando en Barcelona. Intentamos dividir el calendario en bloques, separarlo, organizarlo. Ahora, por ejemplo, afrontamos torneos de tierra. Y luego la parte física la vamos adaptando en función del momento.

¿Y ante un cambio de superficie se implementan cambios adicionales? ¿Se pule algún detalle?

Una preparación, una adaptación, siempre haces. La tierra, por ejemplo, es una superficie donde resbalas y deslizas mucho más. En ese sentido, los días previos intentas acostumbrar los músculos que más intervienen y cosas así. En lo que es el tenis pasa igual, pules detalles en golpes que te pueden ir mejor o te pueden dar más.

Por este descanso ha renunciado a la FedCup, baja que argumentó, pero son tiempos en los que las ausencias, ya sean en la FedCup o en la Davis, se miran con lupa…

En cierto modo lo puedo entender. Cada uno mira por lo suyo y tanto la Federación como los capitanes quieren contar con los mejores. Mi caso, o el de Garbiñe Muguruza, creo que es distinto al de los chicos, porque tenemos un calendario cargado y además competimos en el cuadro individual y en el doble. Física y mentalmente se deja notar. El suyo, obviamente con muchos compromisos también, es diferente en el sentido de que en la Davis tienen una semana más de esta competición que nosotras. Y tienen que jugar en tres días cinco partidos de los que cuatro, además, son a cinco set.

No son pocas las raquetas en los circuitos que denuncian y critican una sobrecarga de calendario, que piden una racionalización o un cambio. ¿Cómo ve la cuestión?

Algunas chicas sí han hablado de mover propuestas de cambios, implementar algo diferente. A ver qué pasa. No va a ser algo de mañana para pasado, de todas formas. O para la temporada que viene. Es más a largo plazo.

Usted compite en el cuadro individual, pero también lo hace en dobles. ¿No es una autocarga adicional?

Influir, sí influye, obvio. Con Garbiñe comenzamos a competir el año pasado y como los resultados fueron buenos optamos por estructurar un calendario que nos permitiera compaginar dobles e individuales. El desgaste está ahí, por lo que intentamos jugar diez o doce torneos al año, no más; no nos vamos a veinte. Este año de momento llevamos cuatro: Melbourne, Dubái, Indians Wells y Miami.

¿De dónde le viene 'esto' del tenis?

Pues… fue algo casual. Yo practicaba varios deportes en el colegio y como otra actividad extraescolar más comencé con el tenis. Tenía 9 años. Mis vecinos también jugaban y ahí comenzó un poco todo…

¿Algún partido de la historia grabado en su retina y que fuera, digamos, un trampolín para querer ser profesional?

La verdad, veía poco tenis por la televisión. Ahora también es más fácil. Ya dentro he podido ver mucho más, claro, y cambia muchísimo la forma, la percepción… todo.

Comentaba en alguna ocasión que la belga Justine Henin ha sido su referencia, no sé si calificarla como ídolo…

Bueno… Jugaba el revés a una mano como hago yo, además de que somos más o menos parecidas de estatura… Siempre te fijas más en aquellos que juegan como tú.

¿Cuál ha sido su mejor partido o el que más le ha satisfecho en su carrera?

Hay varios, pero si tuviera que quedarme con uno yo creo que sería el que jugué en Roland Garros en 2008 contra Amelie Mauresmo. Era la primera vez que jugaba el torneo, y en esa pista central espectacular… Es algo que te marca.

¿En qué sentido?

Me dio a conocer en el que es mi torneo de Grand Slam favorito. [nota de la redacción: en marzo de 2008, en su debut y llegando desde la ronda previa en una edición donde llegaría a los cuartos de final, la grancanaria batió a Mauresmo, toda una exnúmero 1 del mundo, por 6-3 y 6-4]

¿Y cuál ha sido su mayor decepción?

Un partido que jugué en Pekín contra Jelena Jankovic y que, si no recuerdo mal, perdi por un doble 6-0. Uno de esos partidos que deseas que no vuelvan a pasar nunca más. [n. d. l. r.: la canaria recuerda un compromiso de los cuartos de final del torneo pequinés celebrado en octubre de 2013, partido en el que se repitió el resultado que sufrió antes en el Us Open ante Serena Williams].

¿Qué virtud  o potencial de su juego destacaría?

Soy una tenista sólida. Lucho cada bola hasta el final, no doy ninguna por perdida.

Nunca ha ocultado su deseo de ganar en  la tierra de Roland Garros. Curiosamente alcanzó el top-10 en la pista rápida de Miami, tras 21 años de la última final de Arantxa.  ¿Qué le sugiere el dato?

Al final el calendario femenino solo cuenta con cuatro o cinco torneos de tierra cada año. En pista rápida tienes un 85%. Hay que adaptarse a su velocidad y a su exigencia física.

Se dice que en el circuito femenino actual prima la fuerza sobre todo. ¿Está de acuerdo?

Sí. El tenis femenino ha evolucionado mucho. En el juego ha ido más hacia lo físico, la fuerza, la envergadura… Antes se jugaba más despacio, tenía más  trascendencia el talento. Incluso la forma de entrenarse es distinta, desde el instrumental hasta los métodos de los propios preparadores.

Ahí  Serena Williams es prototípica, además de ser una parte en activo de la historia; ¿desde dentro cree que le queda cuerda para rato?

No es algo que pueda saberse. Sí que ella está con muchas ganas y con la motivación para que así sea. La veo muy bien, la gente la quiere mucho y le hace mucho bien al tenis.  A ver qué pasa después de los próximos Juegos Olímpicos… Yo diría que queda Serena para rato…

¿Y cuando la tiene enfrente?

Nadie desea jugar contra ella, sobre todo en primera ronda (ríe). Aunque sea una jugadoraza, si cae como rival no hay que achantarse. Toca cambiar la mentalidad, jugar con valentía e ir a por todas.

¿Y Rafa Nadal? A sus 28 años en los últimos tiempos se habla mucho de él, de su forma, de su ánimo, de su estado…

No hay que dramatizar. Rafa nos tenía acostumbrados a ganar siempre, a estar a un nivel altísimo, a ser el número 1 y a alcanzar cosas que parecían inalcanzables. Pero cuando tu vuelves tras estar mucho tiempo parado nada es fácil. Tú paras, pero el mundo no deja de moverse, de evolucionar, de mejorar… Le vemos como un extraterrestre, como un ser divino, pero es una persona normal con sus momentos mejores y peores y, por qué no, incluso con la ansiedad de querer volver.

Usted misma tuvo que gestionar dos bajas por operarse, de hecho, del codo derecho en 2011 y en 2013…

Y no es fácil, porque lo que un deportista desea ante todo es competir. Es algo que no deseas, obviamente. Pero incluso esas situaciones te ayudan a crecer en tu carrera y en tu vida.

Como persona del mundo del tenis, ¿cómo ha visto la polémica de la Copa Davis y la capitanía de Gala León?

Creo que se ha exagerado muchísimo. El tema ha tomado un enfoque que no creo que sea el suyo, pero desde la federación ha tirado por ese camino. Los jugadores no critican en ningún momento a Gala León por el hecho de ser mujer, se quejan de la forma de elección de la capitanía del equipo de la Davis. Hablamos de jugadores que están entre los mejores del mundo, que tienen experiencia y a los que se les debe pedir opinión.

Vemos en sus palabras una crítica a la federación...

La federación habla poco con el jugador, y en cierto modo se interesa poco por él. Nosotras ya tuvimos problemas con este presidente [José Luis Escañuela]. Hace las cosas como quiere. Y a veces, más con un cargo tan potente, tienes que ser flexible. Al menos más. Se puede corregir muchas cosas.

BIO. Carla Suárez nació el 3 de septiembre de 1988 en Las Palmas de Gran Canaria. En su palmarés, desde 2014, el torneo de Estoril, sobre tierra, la única de las ocho finales que alcanzó en las que se ha impuesto hasta la fecha. En 2015, la pupila de Xavi Budó alcanzó las de Amberes y Miami, perdiendo la segunda y no pudiendo disputar la primera por lesión. Ha sido cuartofinalista en Roland Garros (2008), Open de Australia (2009) y US Open (2013).

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