La magia de Ronaldinho y Eto'o no bastó para ganar

El Barcelona se dejó escapar una victoria que parecía incuestionable en Riazor y empató 3-3 con el Deportivo de La Coruña, en un encuentro en el que la magia de Ronaldinho y Eto'o, espectaculares toda la noche, no bastó a los catalanes para sumar los tres puntos en juego.
Valerón celebra un gol del Dépor frente al Barça (Reuters).
Valerón celebra un gol del Dépor frente al Barça (Reuters).
Reuters
Valerón celebra un gol del Dépor frente al Barça (Reuters).

No tuvo reparos el conjunto coruñés en ceder desde el pitido inicial el dominio del balón y del espacio al cuadro azulgrana, que gestionó con autoridad, aunque sin excesivo mordiente el monopolio del esférico.

Deco, Xavi, Ronaldinho y Eto'o triangulaban con gusto y paciencia en las inmediaciones del área blanquiazul confiados como estaban, en que el rondo que pareció por momentos el encuentro, concluyese en gol en alguna que otra genialidad de las estrellas.

Una confianza que no mermó el tanto deportivista, obra de Juan Carlos Valerón, que no desaprovechó, en uno de los contados zarpazos del conjunto local, el rechace del palo, a un tiro de Munitis desde la frontal del área para poner a los diez minutos de juego el 1-0.

Pese a la desventaja en el marcador, no cambio el libreto del Barcelona que fue incapaz de añadir la punta de velocidad necesaria a su insultante dominio del balón para inquietar a un Deportivo, cada vez más cómodo en su papel de frontón.

Un muro que se encargó de derribar el camerunés Samuel Eto'o a los cuarenta y un minutos al culminar con un tiro raso (1-1) una espectacular combinación entre Ronaldinho, Deco y el propio Eto'o, que difícilmente podrán olvidar los espectadores de La Coruña.

Aunque si formidable fue el tanto del empate, no lo fue menos el de la victoria parcial del conjunto azulgrana, una acción que combinó la agresividad y velocidad de Eto'o, que dejó retratado a Juanma, con la magia de Ronaldinho, que con sutileza y precisión puso a los cuarenta y cinco minutos el 1-2.

Dos goles que no parecieron contentar el Barcelona, ni a mucho menos a Samuel Eto'o, que pudo ampliar su cuenta a los pocos segundos de la reanudación, con un nuevo disparo, tras un soberbio recorte a Coloccini, que despejó como pudo el guardameta deportivista.

Penalti de Molina

Insistió el camerunés, que cinco minutos después, en el cincuenta y uno, que volvió a exhibir su faceta como asistente con un perfecto pase en profundidad a Deco, que fue derribado dentro por Molina dentro del área, en un penalti, que Ronaldinho no desaprovechó para anotar el 1-3 (m.52).

Pero Eto'o es un depredador, que no se conforma con dar pases de gol, el africano necesita marcar, demostrar su poderío rematador, y apenas un minuto más tarde estuvo a punto de lograr el cuarto tanto azulgrana en un disparo que se estrelló en el palo.

Un gol que bien pudo conseguir a los sesenta y cinco minutos Ronaldinho tras una sucesión de quiebros y gambetas, que el brasileño culminó con una sutil vaselina, que despejó la zaga gallega bajo la misma raya de gol.

El heredero del 'Superdepor'

Tan sólo Pedro Munitis, el único jugador actual de la plantilla coruñesa, que parece digno heredero del espíritu rebelde de aquel "Superdepor", se atrevió a interrumpir la fiesta azulgrana con un soberbio disparo que supuso a los setenta y dos minutos el 2-3.

Lo exiguo del marcador permitió al Deportivo recobrar el ánimo, que con más corazón que con juego logró igualar el encuentro gracias a un postrero gol de Rubén Castro, que aprovechó, como ocurriera en el primer tanto, un rechace del palo a un tiro del uruguayo Taborda para poner el definitivo 3-3 en el marcador.

Un empate que, sin embargo, no basta para esconder el cambio de mentalidad de los gallegos, que parece que definitivamente han bajado un escalón para pasar de pelear con los grandes a conformarse a convivir con ellos.

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