El Balonmano Valladolid solicitó este lunes en el Juzgado de lo Mercantil la entrada en concurso de acreedores para hacer frente a una deuda de 1.583.000 euros "ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos y tras ejecutar una sentencia el anterior gerente de la entidad, Raúl Torres. El presidente del club morado, Óscar Simón, comentó que se pide la entrada en concurso de acreedores porque la sentencia ejecutada por Torres supone "el embargo de las cuentas y, por tanto, la imposibilidad de realizar los diferentes pagos del día a día".

Simón explicó que, a partir de que el juez decida si se entra o no en concurso de acreedores -lo que se sabrá en un plazo aproximado de un mes- "el club dependerá del administrador concursal en lo que respecta al plano financiero, pero las decisiones seguirán estando en manos de la junta directiva". "Tenemos que ser optimistas respecto al futuro del club y esta decisión se ha tomado en aras de la viabilidad del mismo, siguiendo los pasos de otros equipos de Asobal como Granollers, Aragón o Ademar de León", precisó el presidente del BM Valladolid. "Esto no es el fin del mundo", consideró Simón.

Simón explicó que "el club no despidió a Raúl Torres, sino que fue éste el que solicitó la extinción del contrato tras un período de baja por enfermedad y ha sido la única persona con la que no se ha podido llegar a un acuerdo y que ha decidido ejecutar la sentencia, que ha derivado en el embargo de las cuentas". El abogado del exgerente intentó llegar a un acuerdo. "Pero cuando ya se había pedido la ejecución de la sentencia y se había procedido a embargar las cuentas, lo que lo hacía imposible", lamentó.

"Ha sido la gota que ha colmado el vaso, y hubiera pasado lo mismo si cualquier otro hubiera solicitado la ejecución de una sentencia -como podía haber sido el exjugador del Cuatro Rayas Davor Cutura-, por lo que el concurso de acreedores supone un ejercicio de responsabilidad en esa lucha por mantener el club", ha añadido. El contable de la entidad, Eduardo Toquero, ha desvelado que "a fecha 28 de febrero, la deuda asciende a 1.583.000 euros, a pesar del superávit de 150.000 euros, parte del cual se destinará a amortizar el déficit acumulado, que incluye 700.000 euros a Hacienda y 200.000 a la Seguridad Social". El resto de la deuda supone 116.000 euros a proveedores, 398.000 a personal anterior y actual del club y 203.000 a entidades bancarias.