Sin tiempo casi para degustar la medalla de bronce conquistada el pasado domingo en el Europeo de Dinamarca, el balonmano español deberá de nuevo enfrentarse desde este viernes a la dura realidad, con el arranque de la segunda vuelta de una Liga Asobal, en el que los problemas económicos siguen marcando el día a día.

Crisis económica que condicionará el destino de muchas plantillas, que poco o nada tienen que ver con las que arrancaron el curso, tras el nuevo éxodo de jugadores producido coincidiendo con el parón liguero. Un problema que ejemplifica como nadie el Balonmano Aragón, noveno clasificado, que ha visto la salida de hasta cinco jugadores, tras ofrecer el pasado mes de diciembre la carta de libertad a toda la plantilla, incapaz de garantizar el pago de las nóminas.

También afrontará con novedades la segunda vuelta el Naturhouse La Rioja, cuarto clasificado, que ha sustituido a los cubanos Jorge Luis Paván y Rafael Da Costa, "emigrados" a Catar, por el danés Patrick Eilert y los jóvenes Miguel Sánchez y José Manuel Rial. Cambios que abren todavía más si cabe la lucha por una segunda plaza por la que compiten además del cuadro riojano, el Fraikin Granollers y el Balonmano Huesca, la gran revelación del primer tramo de la temporada.

Menos dudas hay en saber quién será el campeón de la Liga Asobal, un título que parece asegurado casi desde antes de iniciar la campaña para el FC Barcelona, que tendrá como reto concluir la competición contando todos sus encuentros por victorias. Un objetivo que parece al alcance de los azulgrana, el único equipo de la Liga que aportó jugadores a la selección española en el pasado Europeo, y que ya firmó un pleno de victorias en la primera vuelta.

Mucho más igualada se presenta la lucha por evitar los puestos de descenso, que en estos momentos ocupan el Bidasoa Irún y el Cuatro Rayas Valladolid, a los que les separa tan sólo un punto de la salvación. Dato que habla de la igualdad, con la excepción del todopoderoso FC Barcelona, existente durante toda la primera vuelta entre todos los equipos de una Liga, que ha vivido más empates y más victorias ajustadas que nunca.

Una emoción que el convenio suscrito el pasado martes entre Asobal, Federación Española y Asociación de jugadores quiere se limite sólo a la pista y no alcance a los despachos, donde la estabilidad presupuestaria debe marcar el futuro de un balonmano español obligado a reinventarse.

En todo caso el Barcelona no se ha librado de las bajas. Aunque indirectamente. El club anunció este jueves la rescisión del contrato del lateral zurdo toledano Ángel Montoro, vigente hasta 2018 y que estaba jugando en condición de cedido en el Toulouse de la liga francesa, club que ha dejado para fichar por el Wisla Plock polaco de Manolo Cadenas.