A sólo 13 puntos. Fernando Alonso ya tiene en el retrovisor de su Renault a Michael Schumacher y el próximo domingo en el circuito catalán de Montmeló, que celebrará sus bodas de oro, tendrá una magnífica oportunidad para volver a poner tierra de por medio.
El Gran Premio de España de Fórmula Uno, que llega sólo una semana después de la carrera en Nurburgring (GP de Europa), se le resiste al actual campeón del mundo desde que aterrizó en 2002 como probador en la escudería francesa. El año pasado finalizó segundo, al igual que en 2003.
En 2004, concluyó en cuarta posición. El piloto asturiano quiere apartar los viejos fantasmas de un trazado que conoce a la perfección, ya que allí realiza muchas pruebas en la pretemporada.
Alonso utilizará el mismo motor que en Alemania y espera que las altas temperaturas (250C) afecten a los neumáticos Bridgestone de Ferrari, que están funcionado a la perfección.
330.000 con Alonso
Además de lo que ocurra en el asfalto, la alonsomanía gana cada día más adeptos. Hasta 330.000 personas se acercarán el fin de semana al circuito para apoyar al asturiano. Sólo 130.000 afortunados con entrada, cifra récord de asistencia en Montmeló, lo podrán seguir in situ.
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