No hay explicaciones teóricas para lo de ayer. Tsonga jugó el partido perfecto: le pegó a todo y todo le salió bien. Nadal fue variando sus recursos, optando primero por  golpes alternativos, por la paciencia después y el orgullo por último. Pero nada, palo de Tsonga y punto finiquitado. Su servicio, por encima de los 200 por hora, hizo el resto.

«Fue un pim-pam-pum»

Nadal no puso excusa alguna  en los vestuarios: «Fue imposible porque él jugó de una forma increíble. No he visto ni a Federer mostrar este nivel, golpeando todo y  todo le entraba, como un pim-pam-pum». Ahora, Tsonga deberá mantener la misma efectividad en la final del domingo: le espera el ganador del Djokovic-Federer, esta mañana. Alí les tiene ganas.

Sharapova-Ivanovic, la final

Los organizadores del Abierto de Australia y los patrocinadores soñaban con una final como ésta: la rusa Maria Sharapova y la serbia Ana Ivanovic se medirán mañana en el último partido del Grand Slam. Sharapova ha llegado a la final embalada, arrollando a cada rival que se le ponía por delante. La última en caer, Jelena Jankovic (6-3, 6-1). Mucho peor lo pasó Ana Ivanovic para remontar un set y batir a la eslovaca Hantuchova (0-6, 6-3 y 6-4). La mala noticia fue la derrota en semifinales de la pareja española Ruano-Medina.