El europeísmo y el nacionalismo librarán el próximo domingo un nuevo enfrentamiento. Una pugna entre un tecnócrata y una ultranacionalista por un proyecto de país: una Francia institucional o una Francia antisistema.A Emmanuel Macron le apoya Obama y, si es elegido, ha dicho, estará al lado de la canciller alemana, posición por la que Le Pen considera débil el liderazgo del exbanquero."En cualquier caso Francia será dirigida por una mujer, o yo o la señora Merkel", asegura.  Aunque ha moderado su discurso para captar votos, la líder del Frente Nacional rechaza a Europa y al euro. "Tenemos que recuperar la moneda nacional", dice.Plantea renegociar los Tratados y un referéndum de salida para trazar nuevas alianzas. Y ahí entra Vladimir Putin, su mano derecha para construir lo que considera un mundo de líderes fuertes, en el que también cuenta con Donald Trump. La simpatía es mutua."Es la más firme con las fronteras", aseguraba el magnate tras el atentado en los Campos Elíseos. Un eje antiglobalización que amenaza a una Europa deseosa de afianzar su romance con Macron.