El gallo Maurice gana el juicio y podrá seguir cantando

La justicia francesa dio este jueves la razón a los propietarios de un gallo en una localidad turística en la isla francesa de Oleron que se ha convertido en símbolo de la vida rural, a los que habían denunciado unos vecinos que se quejaban de la molestia que les causa el canto del animal.El Tribunal de Rochefort (oeste) impuso a los denunciantes, una pareja originaria del centro de Francia que tiene una segunda residencia en Saint-Pierre-d'Oléron, el pago de 1.000 euros por daños y perjuicios a la dueña del gallo, Corinne Fesseau, explicó su abogado, Julien Papineau.