Las nuevas coladas al sur avanzan hacia el océano

La silueta del edificio volcánico se oculta en una humareda incesante, más alta cuanto más oscura desde el cono secundario. "Ahora mismo lo que estamos viendo es una emisión importante de ceniza", explica Itahiza Domínguez, vulcanólogo de Instituto Geográfico Nacional (IGN). La lava es visible sobre todo en el curso central, muy fluido y rápido pero que va perdiendo velocidad según se aproxima a la zona del delta lávico formado por la antigua erupción del volcán San Juan. La cámara térmica la lava que sigue cayendo. "Próximamente podrá llegar al mar y ahí por lo menos no hace daño", cuenta Rubén López, también vulcanólogo del IGN. Porque en superficie los nuevos aportes siguen rellenando huecos que se habían salvado en las zonas de exclusión. El entorno del cono aparece con decenas de fisuras y oquedades localizadas en color rojo, lugares por los que la lava puede seguir buscando su salida. La mayoría de la energía discurre bajo terreno ya arrasado, por tubos lávicos que discurren, en dirección al océano, en una inmensa superficie de malpaís.