Con el final del verano a la vuelta de la esquina son muchos los viajes que seguro se han quedado en el tintero... y optar por un viaje en furgoneta camper es una opción cada vez más recurrente. Esto se debe a la posibilidad de visitar numerosos lugares en un corto periodo de tiempo y combinarlos como plazca, ya sea montaña, playa o interior.
De esta forma, se pueden descubrir rincones escondidos y pueblos que guardan todo tipo de secretos. Algunos de ellos se encuentran en el interior de Cataluña, más concretamente en el valle del Corp. En este lugar se podrán revelar campos de almendros, olivos y viñedos; diferentes arquitecturas; y pueblos atravesados por ríos que parecen producto de la imaginación.
En este sentido, el libro Viajar más libre: nuevas rutas en furgo por España (GeoPlaneta) ha seleccionado una ruta de 76,4 kilómetros que engloba todos los pueblos de interés de esta zona tan espectacular. Esta comienza en Santa Coloma de Queralt y termina en Aberca, pasando por otros siete pueblos.
Santa Coloma de Queralt
Este pueblo tiene su origen en el año 976 y muestra de ello es su castillo, el castillo de los Condes, que aunque a día de hoy sea un centro social y cultural, mantiene la esencia de su historia. Además, su torre de defensa es lo que mejor se conserva y donde se podrán apreciar trazados góticos, renacentistas y barrocos.
Cuenta con gran influencia judía, la cual se refleja en el patio del castillo, las murallas y la plaza mayor. En su casco antiguo se pueden encontrar la iglesia gótica de Santa María y la tienda Cal Jaume Punto, un local del siglo XIX.
Llorac
En este municipio se pueden visitar las pedanías de Rauric, Albió, la Virera y Montargull. Destacan la iglesia de Sant Joan, de estilo románico y reconstruida en el siglo XVIII, y los restos de su castillo. Además, en esta zona comienza el curso del río Corp, regalando un paisaje marcado por los campos de cultivo y los bosques.
Vallfogona de Riucorp
En esta parada se encuentra un hermoso pueblo medieval liderado por su castillo, que fue refugio de templarios, y la iglesia de Santa María, de estilo románico en su exterior y gótico en el interior. Sin embargo, si algo caracteriza a este municipio es su balneario, que fundado en 1901 se sitúa en un enclave inmejorable. Para acceder a él se debe realizar una pequeña ruta de 2 kilómetros, en la que se podrá disfrutar de sus jardines y sus aguas.
Guimerà
Algunos consideran a Guimerà el pueblo medieval más bonito de Cataluña, y no es para menos, ya que se sitúa encima de una colina donde su entramado de callejuelas discurre por una ladera. Además, son muchos los elementos medievales que se pueden observar todavía si se da un paseo por sus pintorescas calles. El punto más alto de su castillo ofrece unas espectaculares vistas de todo el entorno. Además, hay que destacar la iglesia de Santa María, su mayor atractivo turístico.
Asimismo, si se visita en el mes de agosto se puede disfrutar de su mercado medieval, el cual reúne productos artesanos, antiguos oficios, espectáculos y actividades para los niños.
Verdú
El castillo y la iglesia de Santa María presiden este pueblo que mantienn todavía una tradición de esta zona. Se trata de la cerámica negra, la cual se sigue trabajando en sus calles de forma artesanal dando lugar a los botijos típicos llamados sellons. En sus alrededores cuenta también con numerosas rutas de senderismo que muestran todo su entorno.
Ciutadilla
Este pequeño pueblo de apenas 220 habitantes alberga un imponente castillo que es digno de visitar. Por ello, si se desea los domingos a las 12:00 horas hay visitas guiadas donde cuentan la historia de los Condes de Cerdanya y de la construcción del castillo.
Vallbona de les Monges
Vallbona de les Monges es una de las paradas más interesantes, ya que alberga un imponente monasterio que da el toque monumental a toda la ruta. Se trata del monasterio de Vallbona de les Monges, que forma parte de la ruta del Císter y se creó hace 800 años. Es un monasterio pequeño y con un estilo claramente enmarcado en la transición del románico al gótico, y en el que toda la población se engloba con base en él.
Otro atractivo de la zona es su gran actividad vinícola, siendo esta un auténtico reclamo. Además, cuenta con una gran presencia agrícola que da a la región productos de calidad.
Maldá
Esta pequeña localidad se caracteriza por su agricultura y por contar con los vinos Costers del Segre y el aceite Les Garrigues, ambos con D.O. propia. Por ello, es una parada obligada para todos aquellos que amen los vinos y los productos frescos y de cercanía. En cuanto al pueblo, destacan la ermita de Sant Joan de Maldanell, un dolmen y unas cuantas tumbas excavadas en la roca.
Arbeca
En la capital de la aceituna arberquina es donde se funden el vino y el aceite. Es la última parada de este recorrido por el valle del Corp y en ella se puede encontrar la fortaleza de Els Vilars, que data del año 750 a.C, y un entramado de callejuelas que embaucarán a cualquier visitante. También se puede descubrir el molino de Argilés, el portal de San Juan y su ayuntamiento modernista.
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