Dicen que ya en la Edad Media el personal de la corte de León estaba tan estresado que necesitaba poner tierra de por medio de vez en cuando para relajarse. Y ya en aquella época se puso de moda el norte de la provincia para esas escapadas de relax y desconexión. En concreto, la zona que linda con Asturias y que ya se conocía como Babia.
Los estresados miembros de la corte del León medieval necesitaban un lugar donde evadirse y descansar... y se iban a Babia
Así, cuando en la corte había algún problema era habitual que la persona por la que se preguntaba estuviese en Babia. Además, aquellos paisajes en los que se respiraba calma calaban tan hondo en sus visitantes que era habitual que, una vez de nuevo en la frenética vida del León medieval, cuando alguien se quedaba embobado o ausente se le preguntase “¿estás en Babia?”, haciendo referencia a esta zona en particular con la que todos soñaban.
Esa expresión, que ya apareció registrada en diccionarios del siglo XVII, sigue utilizándose tal cual, aunque la zona a la que hace referencia no sea tan conocida.
Paraíso leonés
Para llegar a Babia (físicamente) desde León o desde Oviedo primero hay que atravesar otro valle con un nombre igualmente bucólico, Luna. De hecho, comparten el Parque Natural de Babia y Luna. Así, justo cuando se llega a esos túneles que hacen tan cómodo el paso del puerto de Pajares hay que girar hacia el oeste. Los primeros pueblos tendrán Luna de apellido, como Caldas de Luna o Sena de Luna. Después entramos en Babia y la bienvenida no puede tener nombre más bonito: Villafeliz de Babia. Aquí ya sabes que nada puede ir mal.
Y una vez en Babia, aquí van cinco ideas para sacarle el máximo partido:
• Riolago. Es uno de los pueblos más encantadores de la zona y el que acoge la Casa del Parque. Ubicada en el que fuera el edificio residencial del Palacio de Quiñones, un magnífico edificio del siglo XVI, aquí no solo te darán información sobre rutas, que hay gran variedad, sino que también acoge un pequeño museo sobre cómo era la vida en estos escondidos valles.
• Lago de Babia. Son solo un puñado de casas, pero tienen algo muy especial: parte de sus fachadas están decoradas con murales del artista Manuel Sierra, el mismo que creó el logo de la asociación Estás en Babia. Siguiendo la carretera, un poco más arriba se llega a una preciosa zona dominada por la Laguna Grande, por la que podrás caminar entre las vacas que allí pastan tan tranquilas.
• Laguna de las Verdes. Al norte de Babia el paisaje cambia y es propio de la alta montaña, con menos vegetación y lagos de origen glaciar esparcidos por este gran territorio. La ruta que lleva hasta esta laguna cuyo nombre proviene de la vegetación que cubre el agua los meses más secos es una de las más populares y parte desde la localidad Torre de Babia.
• San Emiliano. Este no solo es uno de los pueblos más grandes de la zona, también el que cuenta con más alojamientos y restaurantes. Un encantador pueblo en el que destacan las casonas de piedra (muchas de ellas hoteles rurales) y en el que siempre están preparados los platos típicos de la zona.
• La Cueta. Para terminar a lo grande hay que visitar el pueblo más alto de la provincia de León. Situado a más de 1.400 metros, el camino hacia allí es precioso, sobre todo cuando atraviesas el desfiladero por el que discurre encajonado el río Sil. Una vez arriba entenderás lo bueno que es quedarse en Babia.
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