El increíble pueblo al borde de un acantilado con un castillo en Albacete

Jorquera se sitúa sobre el meandro del Júcar, creando un paisaje espectacular. El edificio más notable es la parroquia de la Asunción, del siglo XVI y de construcción gótica concluida con elementos renacentistas. — Jorquera

El río Júcar serpentea sin cesar a lo largo de su recorrido, desde su nacimiento en el cerro de San Felipe hasta desembocar en el Mediterráneo. Y en uno de sus muchos meandros es donde encontramos el pintoresco pueblo de Jorquera (Albacete), justo al borde de un acantilado rodeado por el cauce de agua. En resumen, se trata de una villa histórica, llena de encantos naturales e interesantes construcciones, como su fortaleza, que merece la pena visitar.

Un pueblo histórico envuelto de naturaleza

"La atalaya natural parece hecha para el pueblo y no al contrario", señalan desde Turismo de Castilla la Mancha, y es que en efecto la ubicación de Jorquera impresiona de sobremanera a todos sus visitantes. Al mismo tiempo que ascienden las casitas de la villa, lo hace la ernorme roca en la que se asientan, todo ello todeado por el cauce del Júcar.

La historia del pueblo la podemos ir descubriendo gracias a los vestigios dejados por las culturas que habitaron el lugar. De la prehistoria se han hallado pruebas del paso del hombre como hachas del Neolótico, y de la época romana quedan los "villares", donde "se observan gruesos cimientos de construcciones antiquísimas", tal y como explican desde el Ayuntamiento de Jorquera. Por otro lado, del periodo musulmán, "se conservan algunos testimonios como las murallas almohades del castillo", destacan.

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Qué ver en Jorquera

Entre los monumentos de Jorquera, destaca su fortaleza con varios recintos defensivos, que combina la parte cristiana en la parte inferior en torno a la torre de doña Blanca, con la parte superior de época almohade. Por otro lado, en su casco urbano, debemos visitar la parroquia de la Asunción del siglo XVI y de construcción gótica con elementos renacentistas.

Cerca del Ayuntamiento, se ubica la Casa del Corregidor, un edificio barroco del siglo XVIII. Finalmente, en la ribera del Júcar se alza el santuario de la Virgen de Cubas de estilo dieciochesco, con una parte excavada en la roca.