Ocho pueblos fascinantes de España y Portugal en las riberas del río Miño

Meira (Galicia).
Meira (Galicia).
iStock.
Meira (Galicia).

MEIRA (Lugo)

Entre las Sierras Orientales y A Terra Ché, Meira es un buen punto de partida para iniciar nuestro recorrido por el Miño, que nace justo a tres kilómetros de aquí, en Pedregal de Irimia, algo así como un río de piedras, en su mayoría cuarcitas, que forma una especie de embudo en la ladera oeste de la sierra de Meira junto a un buen número de fuentes. Todo un monumento natural creado por un antiguo glaciar donde tiene su origen la ruta Miño-Eo, con agradables sorpresas como la cascada A Mexadoira. De vuelta a Meira hay que visitar el Monasterio de Santa María, del siglo XII. concellodemeira.com

Pueblo de Belesar, en la Ribeira Sacra.
Pueblo de Belesar, en la Ribeira Sacra.
Getty Images/iStockphoto

BELESAR (Lugo)

Embelesados. Así nos quedaremos si visitamos esta aldea, lugar de paso desde tiempos inmemoriales entre la comarca de Chantada y las Tierras de Lemos, tal y como atestiguan los Codos de Belesar, restos de la vía romana que comunicaba Braga con Astorga. Estamos en plena Ribeira Sacra, de ahí que los viñedos, cultivados en bancales, sean parte esencial de este pequeñísimo pueblo de casas de piedra y madera, que se reflejan en las aguas del río. En el embarcadero podemos iniciar una ruta fluvial que recorre el Miño en su curso medio por el embalse de los Peares y bordea el meandro de O Cabo do Mundo. turismo.ribeirasacra.org

Castillo de Salvaterra do Miño.
Castillo de Salvaterra do Miño.
K. Golik

SALVATERRA DO MIÑO (Pontevedra)

A su paso por esta apacible y acogedora villa al sur de la provincia de Pontevedra, el Miño ejerce ya como frontera natural con Portugal. Sus robustas murallas del siglo XVII protegen edificios de gran valor arquitectónico, como la iglesia de San Lorenzo, de fachada renacentista, y la Casa del Conde, del siglo XV. Pero su mayor símbolo es, sin duda, el Castillo de Doña Urraca, que ofrece una impresionante vista sobre el curso final del río. La fortaleza acoge en su interior el Museo da Ciencia do Viño. En Salvaterra se encuentran las termas al aire libre más grandes de Galicia. www.concellodesalvaterra.com

El río Miño a su paso por el pueblo de Tui.
El río Miño a su paso por el pueblo de Tui.
Getty Images/iStockphoto

TUI (Pontevedra)

Puerta de entrada del Camino Portugués en Galicia, Tui cuenta con un cuidado casco antiguo en el que destaca la catedral de Santa María, que comenzó a construirse en el siglo XII siguiendo el modelo románico, aunque, con el tiempo, daría paso a otros estilos, tal y como se aprecia en su fachada, que es donde se inicia la escultura gótica española. Resulta obligado pasear por su judería antes de poner rumbo al Monte Aloia, en la sierra de O Galiñeiro, una atalaya a 700 metros de altura con cinco miradores y extraordinarias vistas sobre el río Miño, que se puede recorrer en barco desde el embarcadero de pescadores. tui.gal

Murallas de la ciudad fortificada de Valença do Miño.
Murallas de la ciudad fortificada de Valença do Miño.
Getty Images/iStockphoto

VALENÇA DO MIÑO (Portugal)

Justo enfrente de Tui encontramos esta idílica población portuguesa, un pueblo-fortaleza, en forma de estrella, desde el que se intentaba frenar los posibles ataques del país vecino. Prueba de ello son sus dos plazas fuertes, repletas de baluartes defensivos, atalayas y puertas, unidas por un puente que salva el ancho foso, que conforman el casco antiguo. Obtendremos una buena panorámica de la localidad desde el mirador de Santa Ana, en el cercano Monte de Faro, con vistas al Miño. Buena idea es también visitar Monção, a unos 18 kilómetros río arriba. www.visitportugal.com

Vista panorámica de Vila Nova de Cerveira.
Vista panorámica de Vila Nova de Cerveira.
Luis Pedrosa

VILA NOVA DE CERVEIRA (Portugal)

Fundada en el siglo XIV por el rey Dinis con la única condición de que se juntasen al menos cien habitantes para constituirla, la aldea tomó el nombre de Cerveira debido a la colonia de ciervos que entonces abundaban en la región. Una escultura que representa a uno de ellos preside el Miradouro do Cervo, en el Alto do Crasto, desde el que se puede contemplar el Miño. En el centro del río se alzan el Ponte da Amizade, que une Cerveira con Tomiño, ya en Galicia, y las ilhas Boega y Dos Amores. Aún hay más que ver: el el castillo, el Forte de São Francisco y la Atalaya de Lovelhe. www.visitportugal.com

Ruinas celtas en el castro del monte Santa Tecla.
Ruinas celtas en el castro del monte Santa Tecla.
Getty Images/iStockphoto

A GUARDA (Pontevedra)

En el extremo más meridional de la provincia de Pontevedra, A Guarda es también uno de los lugares más visitados de toda Galicia, sobre todo por las maravillosas vistas que, de la desembocadura del Miño en el océano Atlántico, se obtienen desde el monte de Santa Tecla. Contemplar el estuario que forma y el valle de O Rosal no es su único aliciente: aquí se emplaza un castro, que acogía en sus tiempos, allá por el siglo I a.C., a 5.000 habitantes. El puerto pesquero, sus playas y el casco urbano, con sus casas indianas, son visitas obligadas en A Guarda. www.turismoaguarda.es

El pueblo portugués de Caminha, en las orillas del río Miño.
El pueblo portugués de Caminha, en las orillas del río Miño.
Sergio Casal

CAMINHA (Portugal)

Al otro lado del río, sin perder de vista A Guarda, emerge en la misma desembocadura del Miño esta localidad fortificada con un interesante casco histórico en el que destaca la Torre del Reloj, del siglo XII, la única que se mantiene en pie de las tres que formaron las entradas del antiguo castillo. Sobre las aguas del río, en medio del estuario, en un islote, se alza el Forte da Insúa, frente a la playa de Moledo, con planta estrellada irregular y cinco baluartes. Fue construido en el siglo XVII para proteger a los habitantes en el mismo lugar donde trescientos años antes hubo un monasterio. www.visitportugal.com

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