Misterios y leyendas del castillo de Peñíscola: de los caballeros templarios al Papa Luna

Imagen nocturna con Luna del castillo de Peñíscola.
Imagen nocturna con Luna del castillo de Peñíscola.
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Imagen nocturna con Luna del castillo de Peñíscola.

Antes de convertirse en uno de los escenarios de “Juego de Tronos”, esta fortaleza, propiedad de los caballeros templarios en sus orígenes, fue elegida por el testarudo Papa Luna para alzar su báculo al margen de Roma. Hoy es un icono de la costa de Castellón y, en realidad, de todo el Mediterráneo.

Castillo de Peñíscola, en Castellón.
La singular isla del castillo de Peñíscola, en Castellón.
Cristian Baitg Schreiweis

Baluarte de cine

“¡El verdadero Papa soy yo!”. Si alguien al recorrer el castillo de Peñíscola cree escuchar una voz que susurra estas palabras, existe una explicación. Quizás nos hayamos cruzado con el espectro del Papa Luna, su morador más célebre, que dicen que vaga por los rincones de su antiguo hogar. Asomado al mar, en la zona más elevada del peñón sobre el que se asienta la ciudad, una “casi isla” en la costa norte de Castellón, este cinematográfico baluarte encierra un sinfín de apasionantes leyendas. Muchas de ellas nacieron bajo la enigmática sombra de sus primeros propietarios: los caballeros de la Orden del Temple.

La Orden de los Templarios creía que el castillo de Peñíscola generaba corrientes de energía que podían producir experiencias paranormales

Fueron los templarios quienes, tras un acuerdo con el rey Jaime II, construyeron en 1294 su particular bastión sobre los restos de una alcazaba árabe. La Orden creía que existían en el mundo lugares donde se generaban corrientes de energía que producían alteraciones en la conciencia de las personas, que podían llegar a tener en ellos experiencias paranormales. Y Peñíscola, parece ser, era uno de esos enclaves. No pudieron disfrutarlo mucho. La que fuera una de las órdenes monásticas militares católicas más poderosas de la Edad Media pronto cayó en desgracia. En 1312 sería disuelta, pero ya antes, en 1307, había abandonado el castillo, que pasaría a la Orden de Montesa. Se marcharon dejando una duda eterna: ¿escondieron en él el manuscrito de Salomón? El mítico texto, capaz de transformar el mundo, llegó hasta aquí desde París, enviado por otros templarios que ya presentían su fin. Nunca fue encontrado.

Estatua del Papa Luna en el castillo de Peñíscola.
Estatua del Papa Luna en el castillo de Peñíscola.
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Y llegó el Papa Luna

Es ya en el siglo XIV cuando el Papa Luna aparece en escena tras el Cisma de Occidente, por el que la iglesia quedaba dividida en dos, con sus respectivas santas sedes: Roma y Avignon, localidad francesa de la que el noble aragonés Pedro Martínez de Luna fue cardenal y sumo pontífice. Al intentar volver a unificar lo partido, nuestro protagonista, renombrado como Benedicto XIII, no quiso abdicar y huyendo de Francia llegó hasta Peñíscola tras sobrevivir, según él por intercesión divina, a una tormenta en pleno Mediterráneo. Aquí vivió entre 1411 y 1423, fecha en la que murió, no sin antes ocultar el Códice Imperial, escrito por Constantino y que, guardado en una cánula de oro, revelaba un importante dogma de fe. Pero nadie nunca jamás lo vio. Lo que sí que hay en el castillo son unas escaleras que terminan en el mar, construidas milagrosamente por él mismo en una sola noche. Triste y abandonado, al posar su mano en el agua perdió su anillo papal, pero, a pesar del contratiempo, decidió marcharse flotando sobre las olas para llegar hasta Roma y exclamar: “¡El verdadero Papa soy yo!”.

En la serie “Juego de Tronos”, Peñíscola y su castillo representaron en varios capítulos la ciudad libre de Meereen

En la serie “Juego de Tronos”, Peñíscola y su castillo representaron en varios capítulos la ciudad libre de Meereen, la ciudad de esclavos que fue liberada por Daenerys Targaryen y en la que posteriormente se libró la Batalla de Meereen, que enfrentó a las fuerzas de Daenerys contra las fuerzas conjuntas de la alianza esclavista liderada por Yunkai.

Vista del Mediterráneo desde el castillo de Peñíscola.
Vista del Mediterráneo desde el castillo de Peñíscola.
Getty Images

¡No te lo pierdas!

El castillo del Papa Luna ejerce como un imán para quienes llegan hasta esta ciudad, que en otoño se reinventa. Del 23 al 25 de septiembre tiene lugar el RocArt, Festival de Arte y Cultura, con “performances” al aire libre, conciertos, exposiciones… Es solo un aperitivo: en octubre, todos los miércoles (11 y 13h) el parque de Artillería acoge la visita teatralizada que narra la llegada del rey Felipe II en tiempos de piratas. Ese mismo mes podremos degustar menús elaborados a base de pulpo de la lonja local en sus restaurantes, que, para finalizar el año, celebran las Jornadas Gastronómicas de la Cocina Tradicional. Este 2022 también es buen momento para recorrer la Serra d’Irta que protege Peñíscola: se cumplen 20 años de su declaración como Parque Natural.

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