España es el segundo país que más turistas recibe al año. El año pasado recibió 71 millones de visitantes, según World Tourism Organization, aunque sin las restricciones por la covid de los primeros meses esa cifra hubiese sido bastante más alta. No solo las playas y el calor atraen a personas de todo el mundo, sino que los templos religiosos repartidos por toda la geografía española también tienen mucha afluencia, siendo la Sagrada Familia de Barcelona el primero en este aspecto, mientras que la segunda se encuentra a la otra punta de la Península: se trata de la impresionante Catedral de Santiago de Compostela.
El 2022 fue año Xacobeo, por lo que multitud de feligreses realizaron el Camino de Santiago, que no es la única ruta que se puede hacer en Galicia. Casi medio millón de peregrinos se adentraron en la Catedral de Santiago de Compostela, el cuarto monumento más visitado de toda España y uno de los templos más importantes del cristianismo, ya que acoge los restos del Apóstol Santiago.
Los precedentes de la Catedral de Santiago
La primitiva iglesia que posteriormente se convertiría en la Catedral de Santiago no se parecía en nada a la actual basílica. En el siglo IX, tras encontrarse el sepulcro de la figura religiosa, se alzó una pequeña capilla en el año 830, aunque tiempo después se tuvo que erigir una iglesia en estilo prerrománico debido al gran número de peregrinos que se acercaban a ello, pero fue destruida por las tropas musulmanas lideradas por el canciller Almanzor en los albores del siglo XI.
Parte de aquel templo se añadió a la mezquita de Córdoba, la única ciudad española con cuatro bienes Patrimonio de la Humanidad, y en la Reconquista fueron trasladados a la catedral de Toledo. El actual templo comenzó su construcción a finales del siglo XI y se prolongó hasta el 1211, aunque desde entonces ha sufrido numerosas restauraciones y se han añadido algunas de las partes más impresionantes de toda la catedral, como la impresionante Fachada del Obradoiro.
La mezcla de estilos en la Catedral de Santiago
La larga historia de la basílica hace que en ella estén presentes muchos estilos arquitectónicos, aunque son tres los predominantes: el románico, el gótico y el barroco. Mientras que la fachada occidental, la del Obradoiro, se construyó tal y como se mantiene hoy en día en el siglo XVIII con un estilo barroco repleto de iconografía, la fachada sur (también conocida como la de Platerías), es románica. Por otra parte, la Fachada de la Azachabería combina el neoclasicismo con el barroco.
La Catedral de Santiago y su impresionante interior
Una vez se atraviesan las no menos espectaculares puertas de la basílica, el interior de la catedral dejará perplejos a los visitantes, un ejemplo más de por qué los británicos están enamorados de Galicia. Algunas de esas maravillas son el increíble cimborrio gótico o su impresionante capilla mayor, uno de los mayores ejemplos de estilo barroco que se puede encontrar en toda la catedral.
También dejarán boquiabiertos a los turistas las numerosas capillas que se encuentran en todo el templo, como la de Alba, el panteón real, la de San Andrés o la de la Azucena, además de reliquias como el célebre botafumeiro o salas dedicadas a la exposición de tapices, o estructuras tan imponentes como el Pórtico de la Gloria. La majestuosidad de la Catedral de Santiago Compostela es única, y por ello miles de turistas al año se acercan para verla de primera mano.
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