La región de la Toscana es uno de los destinos más deseados de Italia. Todos hemos soñado alguna vez con visitar sus pintorescos pueblos y recorrer sus bucólicos paisajes de suaves colinas cubiertas de vegetación y campos de cultivo. Su capital, Florencia, atrae a los turistas gracias a sus imponentes monumentos, construcciones históricas y galerías de arte; sin embargo, hay otras ciudades que también merecen una visita.
A tan solo 1 hora y 20 minutos de Florencia, se encuentra la ciudad de Lucca, una urbe poco conocida pero llena de encantos. Esta se conoce como "la ciudad de las cien torres y las cien iglesias" por su valioso patrimonio arquitectónico, que nos transporta al pasado a través de un increíble viaje a través de la historia y el arte.
Un valioso y bien conservado patrimonio
Lucca es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Italia. Por sus calles, aún se pueden observar vestigios romanos, pero fue en la Edad Media cuando experimento su momento de mayor apogeo, incluso se llegaron a construir 130 torres. En ese momento, la población se convirtió en un destino de peregrinación en la Vía Francesa gracias a la presencia de la reliquia del Santo Rostro en la iglesia de San Martino.
Posteriormente, en el siglo XVI se levantaron las imponentes murallas que a día de hoy son uno de sus mayores símbolos. Asimismo, "son uno de los pocos ejemplos de murallas que han permanecido completamente intactas en Italia", señalan desde Turismo de Italia. Esta construcción de 12 metros de altura y 4 kilómetros de longitud no solo nos ofrece una postal única desde abajo, sino que podemos subir hasta la parte superior y contemplar la panorámica más bonita de la ciudad.
Los imprescindibles de Lucca
Siguiendo el paseo por las serpenteantes calles de Lucca entenderemos por qué la apodan "la ciudad de las cien torres y las cien iglesias". En el corazón de la localidad se alza la Catedral de San Martín, con su bonita fachada asimétrica y su enorme campanario. Además, en su interior alberga una de las obras maestras de la escultura medieval: el monumento funerario de Ilaria del Carretto (1406).
Otra parada imprescindible es la Torre Guinigi, construida por una poderosa familia de comerciantes en el siglo XV. Esta imponente construcción se alza a 45 metros de altura, y en su cima hay un curioso jardín donde crecen encinas. Y si hablamos de torres debemos conocer la Torre de Reloj, que con sus 50 metros de altura es la más alta de la ciudad. Continuamos explorando su mágico centro histórico hasta el Palazzo Pfanner, un palacio del siglo XVII con un precioso jardín barroco.
Tampoco podemos perdernos otros puntos como el museo del Palazzo Mansi, donde aprender sobre la historia del comercio de la seda en Lucca; el Museo Nacional de Villa Guinigi y su colección de obras de arte que narran la historia de la ciudad, y la bonita y animada Plaza del Anfiteatro. Y para terminar con su amplio conjunto de arquitectura religiosa, debemos visitar la Iglesia de San Michele in Foro y la Basílica de San Frediano.
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