La isla italiana poco conocida con casas de colores y playas paradisiacas

Desde la ciudad de Nápoles, podemos llegar muy fácilmente a este lugar tan pintoresco. Procida espera a los viajeros con interesantes edificios históricos, puertos de ambiente marinero y bonitos paisajes naturales.
Italia es uno de los destinos más visitados no solo de Europa, sino de todo el mundo.
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Italia es uno de los destinos más visitados no solo de Europa, sino de todo el mundo. El "país de la bota" nos sorprende con bellos paisajes que cambian radicalmente de norte a sur. Las principales ciudades, como Roma, Florencia y Milán, así como otros puntos populares como la Costa Amalfitana o Cinque Terre, concentran muchísimos turistas durante todo el año; sin embargo, aún quedan rincones menos conocidos, donde disfrutar de la esencia italiana en su estado más puro y, lo mejor, sin aglomeraciones.

Un ejemplo perfecto es Procida, una pequeña isla llena de encantos. Aquí los visitantes se adentrarán en un entramado de casas de colores, que se combinan con idílicas playas donde relajarnos y darnos un buen baño en aguas del Mediterráneo.

Nueve barrio con personalidad propia

La isla de Procida, de origen volcánico, se alza entre la ciudad de Nápoles y la vecina Isola d'Ischia. Su territorio, de 16 kilómetros de longitud, se divide en nueve distritos: Terra Murata, el más antiguo; Corricella, el barrio de los pescadores; Sent'cò, con el puerto comercial de Marina Grande; Semmarezio; San Leonardo; Madonna della Libera; Sant'Antuono; Sant'Antonio, y Chiaiolella, un puerto turístico. A ello se suma el pequeño islote de Vivara, conectado con la isla principal por un puente.

Barrio de Corricella.
Barrio de Corricella.
iStock

La visita a Procida empieza con la llegada al puerto de Marina Grande, donde podremos pasear entre casas de color pastel, tiendas de artesanía, bares y restaurantes, boutiques… Frente al muelle se encuentra el Palazzo Montefusco, un edificio del siglo XII que fue la residencia de verano del rey. Otros puntos de interés son la plaza de Sancio Cattolico y la Iglesia de Santa Maria della Pietà. Muy cerca está la playa de Grotte, llamada así por sus numerosas cuevas de toba, excavadas hace siglos para guardar los barcos.

Edificios históricos e idílicas playas

Continuamos el recorrido por Procida pasando por el santuario de Santa Maria delle Grazie para después subir al pintoresco barrio histórico de Terra Murata. Fortificaciones medievales, el Palacio de Avalos (que data de 1563), la Abadía de San Michele (del siglo XVI) y unas espectaculares vistas del golfo de Nápoles son sus principales atractivos. De ahí pasamos a Marina Corricella para caminar por su espléndido paseo marítimo, dejando las casitas de colores a un lado y las embarcaciones amarradas en el puerto al otro.

Playa en Procida.
Playa en Procida.
Getty Images

Llega el memento de relajarse y vamos en busca de alguna de las playas más paradisíacas de Procida. Entre las más bonitas destaca la del Pozzo Vecchio, en la costa oeste de la isla. Otras opciones son la playa della Chiaia, a la que se accede bajando 186 escalones, y la playa della Chiaiolella, en el litoral más largo de la ínsula.

Cómo llegar a Prócida

Llegar a Procida es muy sencillo. Desde el puerto de Calata di Massa parten los ferris que tardan alrededor de 1 hora en llegar a la isla; desde el puerto de Molo Beverello salen los hidroalas que llegan en 45 minutos y desde el de Pozzuoli los ferries que tardan 35 minutos. Algunas de las navieras que ofrecen el servicio son Caremar, Snav y Medmar.

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