La capital de la Toscana es una de las ciudades más bellas de toda Italia. Florencia y su impresionante arquitectura nos regala un viaje perfecto lleno de arte, historia y belleza, gracias a edificios y monumentos como la Catedral de Santa María del Fiore o el Campanile de Giotto. Pero si queremos redescubrir la ciudad de una manera única, aún nos quedan lugares secretos y poco conocidos para explorarla desde otras perspectivas.
Basílica de San Miniato al Monte
La Basílica de San Miniato al Monte se alza en lo alto de una colina y está dedicada al que fue el primer mártir de Florencia. Este llegó a la ciudad como eremita en el año 250 y fue decapitado durante las persecuciones romanas contra los cristianos. En 1808, empezaron las obras para construir la iglesia, aunque su fachada fue restaurada en 1090 usando mármol blanco y verde. El interior está dominado por la Capilla del Crucifijo y en el altar mayor de la cripta se conservan los huesos de San Miniato.
Giardino Bardini
El Giardino Bardini es un hermoso jardín renacentista ubicado en Villa Bardini, en la parte alta del barrio de Oltrarno. Desde aquí, podremos disfrutar de unas vistas maravillosas de Florencia. Este lugar nació como un espacio para uso agrícola, pero a lo largo de los siglos se fue transformando en el bello espacio verde que es hoy en día. El Jardín Bardini integra tres áreas diferentes: el jardín italiano y su magnífica escalera barroca; el bosque inglés, con exóticos elementos de estilo anglochino, y el parque agrícola, con un huerto y una pérgola de glicinias.
Santo Sepulcro de San Pancracio
La Cappella Rucellai alberga el Tempietto del Santo Sepolcro, una obra arquitectónica poco conocida que pertenecía al antiguo conjunto de San Pancrazio. Esta pequeña joya fue concebida como una reproducción del Santo Sepulcro de Jerusalén, en memoria a los peregrinos en Tierra Santa. Fue proyectado por Leon Battista Alberti, en 1467, por encargo de la poderosa familia de Rucellai, y está decorado con mármoles blancos y verdes con abundantes incrustaciones.
Corredor Vasariano
El Corredor Vasariano es un largo pasillo que conecta el Palacio Vecchio, en Plaza de la Signoria, con el Palacio Pitti, al otro lado del río Arno. Este enclave escondido contiene más de mil pinturas que datan de entre los siglos XVII y XVIII, además de una valiosa colección de autorretratos del siglo XVI al XX de famosos artistas como Rembrandt, Velázquez, Delacroix.
Iglesia de la Santa Trinidad
La Iglesia de la Santa Trinidad se encuentra en la plaza homónima y fue fundada por los monjes de la Orden de Vallombrosa en el siglo XI. En el siglo XIV, obtuvo el título de abadía y fue reestructurada en estilo gótico, y más adelante, en el siglo XVI, su fachada fu reconstruida en estilo barroco florentino. En su interior, destaca la Capilla Bartolini Salimbeni y sus bonitos frescos sobre la Virgen y la Capilla Sassetti, con frescos dedicados a San Francisco de Asís. En la última capilla del transepto se encuentra la tumba monumental de Benozzo Federighi.
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