Coger el tren a Sóller, pasear por las preciosas calles de Valldemossa o admirar el paisaje que rodea a Pollença son planazos, pero no los únicos que puedes disfrutar en el interior de la isla más grande de las Baleares.
Mallorca no son solo playas (aunque puedas soñar todo el año con ellas). Su interior está repleto de pueblos, senderos y paisajes que lograrán que te olvides del mar y no eches de menos el estar tirado en la toalla.
El interior de la mayor de las Baleares alberga pueblos, senderos y paisajes que casi logran que nos olvidemos del mar
Ahora que las temperaturas son más suaves, es el momento de disfrutar de la isla al máximo y de descubrir algunos de sus secretos. Aquí van algunos:
1. Fornalutx, en la lista los más bonitos
No es tan famoso como su vecino Sóller, pero sí igual de encantador y algo más tranquilo. Gracias a su estado de conservación y al esfuerzo que se hace por mantener su esencia a pesar del creciente turismo, Fornalutx está considerado uno de los pueblos más bonitos de las Baleares. Solo con dar un pequeño paseo por sus calles empedradas te darás cuenta de por qué lo dicen.
2. Biniagual, la aldea del vino
Es tan pequeño que cuesta encontrarlo en el mapa, pero una vez que lo visitas lo marcarás bien grande para no olvidarlo. De hecho, este conjunto de casas que parecen todas perfectas no llega a ser un pueblo, es lo que en la isla denominan como “llogaret” y que podríamos traducir como aldea. Su punto fuerte es el vino, por lo que está rodeado de viñas y en los alrededores hay varias bodegas en las que poder degustar algunas catas.
Biniagual es lo que en la isla denominan un "llogaret" (aldea) y está rodeado de viñas y bodegas
3. Costitx milenario
Nos vamos al centro de la isla para descubrir el pueblo con la mayor concentración de yacimientos arqueológicos de la isla. Destaca el santuario de Son Corró, de época post talayótica (en torno al siglo IV a.C.), descubierto el año 1894. Pero, además, la ruta por todos estos yacimientos discurre por un paisaje que bien merece un paseo tranquilo.
4. Salt d'es Freu, senderos de agua
Sí, en Mallorca también hay cascadas y algunas son tan espectaculares que merece la pena darse una caminata para verlas. Para llegar a uno de los puntos más mágicos de la isla hay que dirigirse al pueblo de Orient. La ruta comienza en la carretera que va a Bunyola, podrás ver un cartel de madera que la indica. En solo diez minutos llegarás a la parte baja del salto y en unos veinte más a la de arriba, para los que quieran investigar más.
5. Camí des Barranc de Biniaraix, la piedra en seco
Otra ruta con la que poder quemar la sobrasada y las ensaimadas es la que nos lleva por uno de los mejores ejemplos de caminos construidos con la técnica de la piedra en seco, muy popular en la isla y en gran parte del Mediterráneo. La ruta parte del pueblo de Biniaraix y recorre todo el camino del barranco hasta su parte superior. Los paisajes son espectaculares desde el comienzo.
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