Casas de colores, un faro idílico y muchas historias de piratas en uno de los pueblos más bonitos de Mallorca

Podemos dudar de que fuese en este pueblo donde nació Cristóbal Colón, pero no de que sea uno de los rincones más pintorescos de esta isla de las Baleares.
Vista del puerto con sus coloridas casas.
Vista del puerto con sus coloridas casas.
Getty Images/iStockphoto
Vista del puerto con sus coloridas casas.

Situado en el sur de la isla más grande de las Baleares, a solo una hora de Palma de Mallorca, destaca uno de los pueblos con más personalidad y más auténticos de la isla. Y uno de los muchos que se disputa el mérito de haber tenido al descubridor de América entre sus vecinos, aunque no haya muchas pruebas de que Cristóbal Colón naciese en Mallorca.

Uno de los pueblos con más personalidad y más auténticos de Mallorca se disputa el mérito de haber tenido al descubridor de América entre sus vecinos

Portocolom es fácil de reconocer por el colorido de su puerto, en el que las barcas descansan protegidas por las casitas bajas pintadas en tonos pastel. Aunque hoy lo vemos pequeño y tranquilo, en el pasado fue uno de los más importantes de la zona. De hecho, ya en la época romana era una referencia por el comercio del vino, muy valorado en todo el Mediterráneo. Ellos le llamaron Puerto de las Palomas, por la cantidad de estas aves que recibían y despedían a los barcos.

Unos cuantos siglos después, el puerto pasó una mala racha debido al acoso de los piratas. De aquella época quedan muchas leyendas en el pueblo, pero también restos de las edificaciones de defensa y torres junto al puerto para protegerlo.

Hermoso camino al faro de Portocolom.
Hermoso camino al faro de Portocolom.
Getty Images/iStockphoto

La mejor vista

Pasear por su puerto es lo primero que hace cualquier visitante, pero la mejor vista se obtiene desde el mirador de Carrer del Far. Hasta él se puede llegar en coche, pero también por un agradable camino de madera junto al típico bosque mediterráneo. La maravilla de paisaje que lo rodea logrará que se te haga demasiado corto.

Imprescindible realizar el paseo hasta el faro de Sa Punta, sobre todo al caer el sol

Otro paseo junto al mar que es imprescindible es el que nos lleva hasta uno de los puntos más icónicos y especiales del pueblo, su faro. Ubicado en Sa Punta, la imagen es la postal perfecta, sobre todo cuando empieza a caer el sol y la luz del atardecer tiñe el paisaje con sus tonos dorados.

Faro de Portocolom.
Faro de Portocolom.
José Barceló

De vuelta al centro

La parte más antigua de Portocolom es conocida como Es Riuetó. Son solo unas pocas calles, pero todas desprenden un encanto especial gracias a los colores de sus contraventanas y las flores que decoran cada rincón.

En el centro destaca la plaza de Sant Jaume, corazón del pueblo. Allí, entre sus terrazas, destaca la iglesia Madre de Dios, construida a finales del siglo XIX en estilo neogótico. Es el monumento más importante de la localidad.

La bella playa de Cala Marsal.
La bella playa de Cala Marsal.
Getty Images/iStockphoto

También hay playa

Por supuesto, Portocolom cuenta con playas tan idílicas como su puerto. Una de las preferidas es Cala Marsal y solo hay que poner un pie en su arena blanca y ver sus aguas transparentes para entender el por qué. Más solitaria y también menos accesible es Cala Brafi, ideal para quienes prefieren caminar un poco y disfrutar de un rincón del paraíso solo para ellos.

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