Marco Aldany: "No es necesario ir a África para encontrar gente necesitada"

  • El conocido peluquero es el "infiltrado" esta noche en 'El secreto'.
  • Se hizo pasar por un voluntario de ONG y pudo vivir la experiencia de ayudar a los más necesitados siendo uno de ellos.
  • Asegura que ha cambiado su perspectiva ante la vida y ha iniciado proyectos para movilizar ayuda y apoyos.
El peluquero Marco Aldany.
El peluquero Marco Aldany.
ANTENA 3
El peluquero Marco Aldany.

El conocido peluquero Marco Aldany es el empresario que hoy se enfrenta a la tercera entrega de El secreto (hoy, a las 22.00), el docu reality en que una persona con recursos se "infiltra" en un entorno en el que vive los problemas de los más desfavorecidos.

¿Cómo le llegó la propuesta de El Secreto?

Fue la propia productora la que se puso en contacto con nosotros al conocer la trayectoria solidaria que llevábamos realizando en la empresa desde hace años. La verdad es que no conocíamos el programa y al principio lo vimos como una gran oportunidad para hacer publicidad en televisión, pero después, conociendo más en profundidad en contenido y el objetivo del programa, nos cambió totalmente la perspectiva porque somos una empresa con casi 4.000 empleados, gente joven, comprometida, que se mueve ante estas causas y nos dimos cuenta del gran potencial que tenemos para poder echar una mano.

Al principio te encuentras bastante desubicado, no estás en tu casa, con tus comodidades, no tienes a tu gente...

¿Cuándo decidió su participación?

La verdad es que yo lo paso bastante mal delante de una cámara y es lo único que al principio me daba un poco de "reparo" pero en el mismo momento que la productora te explica la labor que desarrollan los voluntarios de las Ong's y la cantidad de gente que está necesitada de ayuda, simplemente te olvidas de eso y das por hecho que lo vas a hacer; piensas que estás en una posición privilegiada respecto a otras personas y que puedes ayudar como persona y como empresa, a gente que está pasando por momentos muy difíciles y que ni siquiera cubren sus necesidades más básicas como alimentarse.

¿Cómo fue su llegada a los diferentes centros que visitó?

Al principio te encuentras bastante desubicado, no realizas tu rutina diaria, no estás en tu casa, con tus comodidades, no tienes a tu gente... y llegas a un sitio donde todo lo que te rodea son personas que no tienen nada y viven (o sobreviven) gracias a la ayuda de los demás, pero les ofreces un café, un chocolate con galletas y parece que son las personas más felices del mundo. Esa noche, llegué al hostal donde me alojaba esa semana y por primera vez valoré la cama donde me tocaba dormir, con los pies por fuera porque penas cabía en ella y si apenas poder darme la vuelta, pero eso dejó de importarme.

¿Cómo era la vida en estos lugares y fue lo primero que pensó al llegar?

Muy dura, detrás de cada persona con la que hablé y a la que ofrecí mi ayuda, hay una historia personal y emocional muy complicada que te marca y hace que te replantees muchas cosas; crees que las personas más necesitadas son las de poblaciones desfavorecidas como África, pero realmente no te das cuenta que alrededor tuyo, en grandes ciudades como Madrid por las que paseamos diariamente, hay cantidad de gente con graves carencias y situaciones tan complicadas a las que se puede ayudar y lo primero que piensas es en la suerte de vivir la vida que tengo.

Cuando regresé no hacía más que darle vueltas a la experiencia; para mi no ha sido una semana que pueda ni quiera olvidar

¿Cómo le presentaban?

Como un voluntario más; las cámaras que me acompañaban se suponían que estaban rodando un documental.

¿Qué ha cambiado en usted tras esta experiencia?

Aprendes a valorar pequeñas cosas a las que antes no dabas tanta importancia; estas realidades que he vivido te conmueven y te hace replantearte muchas cosas

Cuando regresé no hacía más que darle vueltas a la experiencia; para mi no ha sido una semana que pueda ni quiera olvidar, me gustaría seguir aportando todo mi esfuerzo en ayudar a todas esas personas, así lo expuse ante el Consejo de empresa y decidimos comprometer 600.000 € para todo tipo de ayudas en un plazo de 10 años, pues hay causas que no podrían solucionarse si no hay un seguimiento en el tiempo.

¿Qué fue lo primero que hizo cuando llegó a casa?

La verdad es que a penas descansé, "solté" la bolsa con la ropa, cogí el móvil y me puse a llamar a mi gente, es tal la emoción que tienes que quieres compartirlo con todo el mundo. Me puse a llamar a familiares y a amigos con el fin de buscar más voluntarios para las ONG's; al día siguiente continué con las llamadas a proveedores, conocidos, clientes, empleados... y la verdad es que estoy muy orgulloso de la respuesta que he ido obteniendo y estoy seguro que podemos seguir ayudando mucho más; vamos a habilitar un espacio dentro de la web de la empresa para las personas que quieran colaborar con alguna causa social.

¿Hubo algún momento en que se le olvidaron las cámaras?

Pues a las dos o tres horas ya ni te das cuenta que tienes una cámara siguiéndote, sales a la calle, empiezas a ver todo lo que hay... y se te olvida todo.

¿Qué repercusión cree que va a tener el programa en su vida?

Se que cuando te expones a hacer algo público, aunque sea con un fin solidario, también te expones a las opiniones positivas y negativas, es algo que siempre sucede, pero si este "tirón mediático" lo podemos transformar en ayuda para muchísima gente con eso me doy por satisfecho.

¿Recomendaría esta experiencia?

Totalmente, y ojalá sirva de "eco" para otros empresarios. No es necesario "exiliarte" a otro país, ni ceder jornadas completas para poder aportar tu ayuda; todo lo que se pueda hacer, aunque creas que es muy poquito siempre es infinitamente agradecido por las personas a las que ayudas; además es una labor que te llena y hace crecer como persona.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento