¿Qué preocupa al médico de cabecera cuando hay sospecha de viruela del mono?

Su trabajo es esencial para nuestra salud, pero existe una fobia que se caracteriza por el temor a los médicos e incluso a todo el personal sanitario.
Personal sanitario.
Pixabay/jarmoluk
Su trabajo es esencial para nuestra salud, pero existe una fobia que se caracteriza por el temor a los médicos e incluso a todo el personal sanitario.

Los médicos de familia se preparan para saber diagnosticar posibles casos de viruela del mono que, de momento, y dado que cursa con carácter leve, se queda en las consultas de Atención Primaria, y no precisa de derivación hospitalaria.

En el XXVIII congreso nacional de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que finaliza este sábado y que reúne a más de 4.800 profesionales, los médicos han improvisado un taller sobre la "viruela del simio".

La coordinadora del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la SEMG, Maite Jorge, explica que saber identificar la erupción cutánea es la principal preocupación de los médicos de familia, ya que hay muchas enfermedades que se presentan de forma similar a la viruela del mono como, por ejemplo, la picadura de garrapata que cursa con una exantema generalizado.

Si bien esta picadura respeta y deja libre de ampollas las palmas de las manos y las plantas de los pies cosa que no hace la viruela del mono.

Maite Jorge considera que ante esta enfermedad infecciosa hay que comportarse igual que con la covid-19, con mucha protección ante el manejo de los pacientes.

Comenta esta experta que uno de los asuntos que más preocupa al personal de enfermería es la toma de muestras y el transporte sanitario.

En este caso se recomienda, igual que con la pandemia, el uso de Equipos de Protección Individual (EPI) y mascarillas FFP2.

En su exposición ante un auditorio de especialistas en Atención Primaria, la médico de familia Cristina Gutiérrez ha desgranado los puntos del protocolo del Ministerio de Sanidad y otro de diagnóstico diferencial que han hecho dermatólogos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIM).

Así, Gutiérrez se ha referido al periodo de incubación de esta enfermedad, generalmente de 6 a 16 días, y a los síntomas que puede presentar el paciente con sospecha de viruela del mono.

Se trata de manifestaciones clínicas como la fiebre, la cefalea intensa, malestar y mialgias tipo gripe, pero destacan las adenopatías dolorosas, cansancio y dolor dorso lumbar.

La manifestación cutánea suele comenzar desde el primer día que aparece la fiebre hasta el quinto. Puede ser una única lesión o lesiones múltiples y empieza con un eritema, que genera vesículas, luego costras que se van desprendiendo, es una evolución lenta y uniforme.

La viruela del mono no respeta ni palmas ni plantas de los pies y tampoco mucosas, puede afectar a las partes genitales e, incluso, a la córnea.

En la consulta, el médico debe explicar al paciente que el proceso es contagioso desde el principio de la fiebre y que hasta que se caigan todas las costras puede trasmitir la enfermedad. La curación oscila entre las dos y las cuatro semanas.

Gutiérrez admite que es una enfermedad que "no hemos visto nunca, así que cuando llega a consulta nos queda grande y el principal problema es el diagnóstico diferencial".

Ante la pregunta de qué deben hacer los médicos, Gutiérrez subraya que hay que basarse en los criterios clínicos (fiebre, erupción, dolor...) y los criterios epidemiológicos.

Y recuerda que el caso que se estudie siempre será sospecha hasta que el resultado de la toma de muestras diga lo contrario.

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