Cómo practicar la alimentación intuitiva: come conectando con tus sensaciones y olvídate de las dietas

La cultura de la dieta es un sistema de creencias que premia la delgadez. La alimentación intuitiva, también llamada antidieta, promueve la salud integral desde la compasión y la inclusión, promoviendo una mayor y mejor aceptación corporal propia y ajena.

La alimentación intuitiva: el antídoto de moda para perder peso sin pasar hambre ni hacer dieta
La alimentación intuitiva: el antídoto de moda para perder peso sin pasar hambre ni hacer dieta
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La alimentación intuitiva: el antídoto de moda para perder peso sin pasar hambre ni hacer dieta

La cultura de la dieta o, lo que es lo mismo, la obsesión constante con la alimentación y el control del peso corporal se ha vuelto en la tónica general nuestra sociedad. Claro está, también en España. Este sistema de creencias perpetúa la idea constante de que el cuerpo de la mujer, principalmente, debe ser delgado y sin curvas, por lo que cualquier otro tipo de cuerpo que no sea normativo, debe perder peso. La consecuencia es clara: hacer una dieta restrictiva y baja en calorías

Sin embargo, en algunos casos, las consecuencias para la salud mental son atroces y pueden derivar en trastornos de la alimentación, como es el caso de anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno por atracón. Este último cuadro se da cuando la persona come en exceso, de manera compulsiva y regular, aunque no tenga hambre. En contraposición, con el objetivo de crear una relación más sana con la comida, surge el concepto de alimentación intuitiva en 1995, acuñado por las nutricionistas Tribole y Elyse Resch. 

Es un modelo de alimentación que tiene como principal característica escuchar a nuestro propio cuerpo y aprender a identificar sus señales corporales. En definitiva, conectar con nuestras sensaciones de hambre para alimentarnos en base a esas necesidades practicando la consciencia plena. Por lo tanto, al no establecer horarios, raciones o alimentos concretos, se potencia el placer por comer y el autoconocimiento. 

Cómo comer de manera intuitiva: claves y principios 

El objetivo de la alimentación intuitiva es aumentar la conciencia interoceptiva, es decir, la percepción del estado interno del organismo con la finalidad de mantener la homeóstasis corporal y, paralelamente, eliminar obstáculos, pensamientos, creencias, reglas y juicios generados en torno a la alimentación por parte de la cultura de dieta y culto a la delgadez. 

Para guiar este proceso, la alimentación intuitiva propone los siguientes principios:

  • Rechazar la mentalidad de dieta.
  • Honrar tu hambre.
  • Hacer las paces con la comida.
  • Retar la policía alimentaria.
  • Sentir y respetar tu saciedad.
  • Descubrir la satisfacción con la comida.
  • Gestionar tus emociones con amabilidad.
  • Respetar tu cuerpo.
  • Movimiento placentero y sentir la diferencia.
  • Honra tu salud con nutrición compasiva.

¿En qué casos está contraindicada?

Según la psicóloga María Ramírez, experta en trastornos de la conducta alimentaria, respuesta general, directa y corta sería "sí", pero la verdadera y necesaria es "depende". Salir de un trastorno alimenticio y querer adentrarse de lleno en la alimentación intuitiva o querer sanarlo con esta opción es difícil, peligroso y, seguramente, mantenedor de las conductas de riesgo socialmente aceptadas. Por lo que garantiza a la persona una cuasi-recuperación o falsa recuperación del TCA.

Hablamos de escuchar al cuerpo, percibir sus sensaciones y señales. Sanar una relación disfuncional con la comida requiere consciencia, acción y trabajo interno en compañía de un equipo multidisciplinar en el mejor de los casos. Una vez la persona ha revisado, deconstruido e integrado nuevas perspectivas, ideas y comportamientos más amables y compasivos, sostenibles a lo largo del tiempo, ha roto con todas las normas alimentarias de la cultura de dieta y ha descubierto una nueva forma de relacionarse consigo misma, con la comida y con su cuerpo, entonces podemos comenzar a hablar de alimentación intuitiva.

¿Por qué no es bueno pesarse todos los días?

Desde el blog de Quirón Salud remarcan que pesarse a diario provoca una inevitable comparación con el peso de los días anteriores, pérdida de perspectiva al olvidarnos del peso de hace una semana o un mes, y asociación del resultado con lo que hemos comido o la cantidad de ejercicio realizado. Esto genera una obsesión y necesidad de control excesiva sobre la comida y la actividad física", sostienen , al mismo tiempo que enumeran las consecuencias.

  • Si el resultado o la evolución no cumple nuestras expectativas, aparece una fuerte frustración, desmotivación, culpabilidad y vergüenza por el cuerpo, los hábitos e incluso por nuestra capacidad de autocontrol.
  • Durante el fin de semana, se suceden más situaciones que animan a que comamos más y el lunes comenzamos de nuevo la dieta o rutina de restringir y prohibir, no sin antes acudir a la báscula para corroborar con asombro y alegría, o con frustración y culpa, cómo de malos o buenos han sido nuestros "excesos, licencias, premios o comidas libres".
  • Pensar constantemente en el peso y lo que el resultado de la báscula nos permite o no comer, debilita a la mente y "nos incapacita para pensar que hay más indicadores y beneficios por los que cuidarse y comer sano y de manera flexible. El peso no es, ni debe ser, el indicador de nuestro cambio de hábitos o de nuestro estado de salud".
  • "Que el objetivo sea cambiar y mantener buenos hábitos, no el peso", insisten.

El perfil del paciente con TCA en España

Las mujeres con estudios universitarios y con 26 años de edad son las personas más propensas a sufrir un trastorno de la conducta alimentaria del adulto, es decir, anorexia, bulimia nerviosa y atracón, según la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). En el 17% de los casos, además, los pacientes suman a este trastorno mental una adicción.

Su origen se explica a partir de una alteración mental cuya expresión psicológica es un elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia o ideas distorsionadas sobre el peso o la comida.

"Tanto la bulimia, el trastorno por atracón, como la anorexia purgativa, implican un marcado patrón impulsivo y de carencia de control inhibitorio, que a su vez se ve relacionado con la adicción y trastornos similares. Además, aquellas personas que manifiestan tener problemas de alimentación, presentan también problemas relacionados con el consumo de sustancias con bastante frecuencia", ha aclarado el psiquiatra del Hospital Universitario Gregorio Marañón y secretario de la SEPD, Ignacio Basurte.

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