Cada vez más personas deciden incluir en su dieta diaria más alimentos de origen vegetal reduciendo así el consumo de carnes, pescados y otros productos de origen animal por motivos de salud y medioambientales. Además de las dietas vegetarianas o veganas, otro amplio porcentaje de la población se decanta por la conocida como dieta flexitariana. Pero, ¿en qué consiste realmente? ¿Cuáles son sus beneficios?
Una alimentación saludable y equilibrada no tiene por qué ser más cara ni se tiene que necesitar más tiempo para cocinar. Este tipo de dieta se basa en reducir el consumo de carne y otros productos procedentes de los animales sin llegar a ser completamente vegetariana.
"Se debe partir de la premisa de que en la dieta flexitariana, el menú consiste en combinar una alimentación ovo-lacto-vegetariana (aquella en la que no se consumen productos propios del animal, sino aquellos originados por ellos como huevos, leche o miel), pero con la ingesta puntual de carne o pescado", explican desde la clínica Dietynut.
¿Hay que reducir el consumo de carne?
Los expertos aconsejan reducir el consumo de carne y azúcar por motivos de salud y para hacer frente al cambio climático. De hecho, fue en el año 2015 cuando el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) evaluó la carcinogenicidad del consumo de carne roja y procesada calificándola como "probablemente carcinógeno para los humanos".
En cuanto a sus posibles efectos, los expertos concluyeron que "cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%". Por esta razón, la OMS alertaba de los riesgos para la salud pública y recomendaba reducir su consumo.
Hace apenas unos meses, la Academia Española de Nutrición y Dietética y el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas se posicionaba ante la polémica campaña del Ministerio de Consumo sobre la reducción del consumo de carne alegando que se debe fomentar "el consumo de alimentos frescos y poco procesados de origen vegetal propios de la dieta mediterránea".
Frutas, hortalizas, cereales de grano entero, legumbres, frutos secos o semillas son algunos de estos alimentos. Mientras, se tendría que promover la reducción del consumo de carnes. Aquí podría ser clave la alimentación flexitariana, para proteger nuestra salud y la del planeta.
De hecho, un estudio publicado en la revista The Lancet revelaba que para llegar al año 2050 con "salud planetaria" habría que reducir la demanda y el consumo de carne y azúcar. Los investigadores argumentan en este informe que una dieta flexitariana sería idónea al estar basada principalmente en alimentos vegetales, pero incluyendo de forma ocasional pequeñas cantidades de carne, pescado y lácteos.
¿Cuáles son sus beneficios?
Como detallan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), este tipo de dieta equivaldría a ingerir de forma diaria unos 500 gramos de frutas y verduras, 100 gramos de proteínas de origen vegetal (legumbres, soja o frutos secos) y una ración de lácteos.
A nivel semanal, la proteína animal de carne, pescado o huevos no puede ser superior a cinco raciones y la carne roja se debe limitar a una ración. "También deben limitarse los aceites vegetales ricos en grasas saturadas y el azúcar refinado", aclaran.
Uno de los beneficios principales de mantener este tipo de dieta es que es más saludable, sostenible y también más económica. Por otro lado, esta alimentación protege nuestra salud cardiovascular "al tratarse de un régimen basado en frutas y verduras", que ayuda a "controlar la presión arterial y aumentar el denominado colesterol bueno", añaden desde Dietynut.
Asimismo, reduce el riesgo de padecer diabetes, ya que los productos ricos en fibra, bajos en grasa y sin azúcares libres "promueven una disminución del riesgo en un futuro". Además, puede ayudar a promover la pérdida de peso y, en definitiva, a reforzar el sistema inmunológico y prevenir enfermedades cardiovasculares y digestivas.
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