Cómo influye la microbiota intestinal en la pérdida de peso: así actúan las bacterias del intestino

Una persona mide el contorno de su cintura con una cinta métrica.
Una persona mide el contorno de su cintura con una cinta métrica.
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Una persona mide el contorno de su cintura con una cinta métrica.

La capacidad genética de la microbiota intestinal influye directamente en la pérdida de peso, independientemente del Índice de Masa Corporal (IMC), según un nuevo estudio publicado en la revista de la Sociedad Americana de Microbiología. Estos hallazgos abren la puerta a nuevas pruebas de diagnóstico para identificar a personas que probablemente perderán peso gracias a cambios saludables en el estilo de vida, mientras que otras necesitarían más intervenciones.

"Nuestros resultados subrayan el hecho de que nuestro microbioma intestinal es un filtro importante entre los alimentos que consumimos y nuestro torrente sanguíneo", explica el doctor Christian Diener, uno de los autores principales de la investigación del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle (Estados Unidos).

Microbiomas más resistentes a la pérdida de peso

En este sentido, la capacidad de perder peso puede ser realmente difícil en algunas personas, ya que "las bacterias intestinales ralentizan su propio crecimiento al mismo tiempo que descomponen las fibras dietéticas en azúcares ricos en energía que llegan a nuestro torrente antes de que la microbiota pueda fermentarlos en ácidos orgánicos", añade el experto en un comunicado

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron un seguimiento de 105 personas que participaron en un programa de bienestar del consumidor. Cerca de la mitad de participantes mostró una pérdida de peso constante y mejores marcadores de salud metabólica.

La otra mitad, sin embargo, no respondió a esta intervención y mantuvo un peso estable. Así, "los microbiomas de quienes perdieron peso tenían tasas de crecimiento bacteriano más altas y estaban enriquecidos en genes que desvían los nutrientes de la dieta hacia el crecimiento de células bacterianas", detallan en el comunicado. 

En cambio, los microbiomas de los que mantuvieron un peso estable tenían tasas de crecimiento más bajas que se combinaban con "una mayor capacidad para descomponer las fibras no absorbibles y los almidones en azúcares absorbibles". Asimismo, los microbiomas resistentes a la pérdida de peso también se prepararon para hacer frente a un "entorno intestinal más inflamado".

Un nuevo hallazgo para diseñar intervenciones específicas 

El equipo encontró bacterias específicas que son "más eficientes en el uso de productos de degradación de almidones y fibras complejas para impulsar el crecimiento". Por tanto, asegurar que los microbios intestinales conviertan de manera eficiente los azúcares separados de las fibras dietéticas en ácidos grasos de cadena corta y/o reduzcan la abundancia de genes que degradan las fibras bacterianas en el intestino puede contribuir a desarrollar una mejor respuesta para la pérdida de peso y para tener un mejor metabolismo.

"La microbiota puede influir en las respuestas de pérdida de peso a través de tasas variables de crecimiento bacteriano".

"Nos propusimos comprender mejor las interacciones entre el IMC inicial, la salud metabólica, la dieta, los perfiles funcionales del microbioma intestinal y los cambios de peso posteriores en una cohorte humana que se sometió a una intervención de estilo de vida saludable", detalla el estudio. 

Así, sus hallazgos sugieren que "la microbiota puede influir en las respuestas de pérdida de peso del huésped a través de tasas variables de crecimiento bacteriano, eficiencia de recolección de energía dietética e inmunomodulación".

"Al comprender qué microbios y procesos metabólicos ayudan a promover la pérdida de peso en el microbioma intestinal, podemos comenzar a diseñar intervenciones prebióticas y probióticas específicas que podrían impulsar un microbioma resistente a la pérdida de peso para que se parezca más a un microbioma permisivo para la pérdida de peso", indica el doctor Sean Gibbons, profesor asistente del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle y otro de los autores del estudio.

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