Qué hacer si no te gustan tus compañeros de clase

¿Qué podemos hacer cuando nos vemos obligados a pasar muchas horas al día con compañeros de clase o de trabajo que no nos agradan?
¿Qué podemos hacer cuando nos vemos obligados a pasar muchas horas al día con compañeros de clase o de trabajo que no nos agradan?
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¿Qué podemos hacer cuando nos vemos obligados a pasar muchas horas al día con compañeros de clase o de trabajo que no nos agradan?

El ser humano es un ser social por naturaleza al que le gusta establecer lazos con sus iguales pero, ¿qué pasa cuando estamos rodeados de personas que no nos agradan o con las que no congeniamos, pero con las que debemos pasar muchas horas al día como los compañeros de clase o de trabajo? ¿Cómo hacer la situación lo más llevadera posible?

Los expertos aportan diversas estrategias que pueden hacer esta 'convivencia obligada' más tolerable para todos:

Aprender a manejar las emociones

Cuando alguien no nos gusta, muchas veces no somos capaces de controlar las emociones que nos despierta pero sí tenemos el poder para manejar la respuesta física y verbal ante esos sentimientos. Los especialistas recomiendan ignorarle y tomar una actitud de tranquilidad y calma. Asegurarse de que la mente esté despejada es la mejor manera para evitar cualquier respuesta irracional.

Si convivimos con compañeros de clase que nos hacen sentir incómodos o incluso pueden llegar a provocarnos de forma intencionada, los expertos sugieren tener bajo control la forma en la que se responde a estas provocaciones. Permanecer en silencio no es sinónimo de debilidad sino de un control férreo sobre las propias emociones. Asimismo, es importante controlar nuestro lenguaje no verbal limitando o minimizando la respuesta física a esos comportamientos que no nos gustan.

Poner la situación en perspectiva

Hay que aceptar el hecho de que aunque ciertas personas nos resulten molestas o cargantes no quiere decir que lo sean para todo el mundo. La molestia es siempre una cuestión subjetiva y ante determinadas personas podemos ser total y absolutamente parciales. 

Por tanto, hay que aprender a relativizar y entender que no tenéis por qué ser ni los mejores amigos ni caerse estupendamente, simplemente se comparte el mismo lugar de estudio o de trabajo con la mayor cordialidad. Hay que saber poner distancia de seguridad emocional y entender que en esta vida nos llevaremos mejor con algunas personas, peor con otras y con otras, incluso, ni nos llevaremos.

Analizar qué nos molesta o no nos gusta de esas personas

¿Para qué? Porque si logramos identificar qué es lo que nos molesta o no nos gusta de esas personas podremos encontrar la manera de relacionarnos con esos compañeros de una forma más tranquila, constructiva y segura. Es fundamental entender que no vamos a ser capaces de cambiar a esas personas pero sí podemos cambiar la forma que tenemos de relacionarnos con ellas.

Apostar por el tono positivo

Aunque determinados compañeros no nos gusten o no nos caigan bien mantener con ellos un tono cordial y correcto es un signo de inteligencia y un punto a nuestro favor. Por el contrario, mantener una actitud hostil o distante ante ellos refuerza la sensación de incomodidad y alejará en foco de las tareas y actividades diarias de la clase.

Sacar un aprendizaje

Una situación incómoda como no encajar con determinadas personas puede ser una oportunidad para obtener un aprendizaje positivo: qué podemos aprender de esa situación, qué dice de mí mismo el que no me gusten esas personas, qué busco en mis relaciones sociales, de qué tipo de personas me gusta rodearme…

Probar un acercamiento

Los estudios demuestran que cuando las personas trabajan conjuntamente en un proyecto que supone un reto tienden a crearse lazos se afinidad y aprecio mutuo entre compañeros. Dar la oportunidad a los otros de dar lo mejor de sí mismos puede ser el camino para empezar a verlos con otros ojos y que empiecen a gustarnos más.

Fijarse en como interactúan los demás 

Ver como el resto de los compañeros interactúan entre sí puede darnos pistas de por qué chocamos con ellos. Quizás una mala comunicación o interacción social puede estar alimentando esa mala relación.

Busca la opinión de terceros

Con toda probabilidad, otros amigos y familiares habrán vivido situaciones similares en algún momento de su vida con algún grupo. Ellos pueden ofrecer otra perspectiva de las cosas, compartir experiencias y ofrecer distintas soluciones.

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