Tolerar la incertidumbre, hablar de ello con naturalidad... ¿Es posible superar el miedo a morir?

  • No pensar en la muerte o vivir de espaldas a ella acabará por incrementar estos temores.
  • Podemos elegir entre vivir con miedo o aprovechar el resto de nuestros días de la mejor manera posible.
Restos del cementerio de Argusino, en Zamora.
Restos del cementerio de Argusino, en Zamora.
ASOCIACIÓN 'ARGUSINO VIVE'
Restos del cementerio de Argusino, en Zamora.

El miedo a la muerte es algo natural para la mayor parte de los seres humanos. Quien más y quien menos, todo el mundo ha evocado alguna vez ese momento y se ha dejado llevar por pensamientos relacionados con él: ese temor a lo desconocido, si habrá o no habrá sufrimiento o si existe otra vida después de la muerte.

Sin embargo, los expertos señalan que la sociedad actual tiene tendencia a abusar de lo que denominan “actividades de desplazamiento”, o lo que es lo mismo, a poner el foco en otras cosas para evitar fijar la atención en lo que antes o después acabará por sucedernos a todos. Según ellos, no pensar en la muerte o vivir de espaldas a ella acabará por incrementar estos temores y crear situaciones de verdadera ansiedad cuando tengamos que enfrentarnos a situaciones reales como la pérdida de un ser querido o nuestra propia enfermedad.

Por el contrario, cuando el miedo a morir ocupa un gran parte de nuestros pensamientos y afecta a nuestra estabilidad emocional y al desarrollo del día a día estaríamos hablando de lo que se denomina tanatofobia, una condición que puede tener terribles consecuencias para la salud física y emocional de quien la sufre y condicionar situaciones tan habituales como, por ejemplo, conducir o salir de viaje.

Los estudios han demostrado que existen una serie de causas que hacen más proclives a las personas a sufrir este miedo a la muerte o tanatofobia. Una de las más frecuentes es la edad, y curiosamente, a menor edad mayor miedo también a la muerte. Los menores de 20 años son el grupo de edad más propenso a desarrollar este temor mientras que a mayor edad, disminuye esta ansiedad.

Además del factor edad, los eventos traumáticos en el pasado, tener parientes y sobre todo padres de avanzada edad y los problemas de salud, son otros factores importantes que pueden llevarnos a agravar de manera importante este temor.

Cuando este miedo a morir es tan fuerte que nos incapacita para desarrollar nuestra vida habitual, los especialistas recomiendan ponerse en manos de un terapeuta que pueda facilitarnos herramientas para salir de un estado que puede acabar por paralizarnos física pero, sobre todo, mentalmente. Algunas de las opciones de tratamiento más frecuentes pasan por:

Terapia cognitiva conductual (TCC)

Se trata básicamente de alterar poco a poco los patrones de comportamiento de una persona para que pueda generar nuevos comportamientos y formas de pensar. Se trata de desarrollar estrategias para conseguir calmarse y dejar de tener miedo a hablar o pensar sobre la muerte.

Psicoterapia

Hablar con el psicólogo o terapeuta sobre las ansiedades y los miedos puede ayudar a determinar la causa del temor y a diseñar estrategias para enfrentar las ansiedades. El hecho de verbalizarlo es capaz de ayudar a una persona a sentir más control sobre su temor.

Terapia de exposición

En ella se anima al paciente a exponerse a sus temores de una manera gradual y en un entorno seguro para que la respuesta de ansiedad se reduzca.

Medicación

Lo ideal es que se combine con alguna de las terapias anteriores para que los resultados sean efectivos ya que uso exclusivo de la medicación puede aliviar la sensación de pánico a corto plazo sin ahondar en la base u origen del problema.

Autocuidado y técnicas de relajación

Además se recomienda poner en práctica el autocuidado - a través de una dieta equilibrada, hábitos de sueño saludables, evitar el alcohol y la cafeína… - y la práctica de técnicas de relajación para despejar la mente como las respiraciones, la meditación o enfocarse en pensamientos positivos.

Asimismo, los psicólogos ofrecen el apoyo de una serie de métodos que podemos aplicar en nuestra vida diaria para afrontar el miedo a la muerte:

Aprender a aceptar lo inevitable: la muerte llegará y nadie sabe cuándo ni cómo pero hasta que esto ocurra podemos elegir entre vivir con miedo o centrarnos en aprovechar el resto de nuestros días en la Tierra de la mejor manera posible.

Hablar con naturalidad sobre la muerte: Es importante trabajar alrededor de los tabúes que rodean a la muerte en la sociedad actual. Verbalizar con amigos y familiares los miedos e incertidumbres que nos genera puede ayudarnos a mitigar su intensidad.

Aprender a tolerar la incertidumbre: De nada sirve adelantarnos a los acontecimientos, por mucho que nos obsesionemos con estos pensamientos es imposible saber qué pasará en el futuro ni cómo será nuestra muerte. Los expertos insisten en focalizar las energías en el momento presente.

Explorar la espiritualidad y la filosofía: La filosofía y la espiritualidad pueden ser dos vías de conocimiento para profundizar en la muerte desde otras perspectivas más sanas. 

Aprender a aceptar la muerte como parte de la propia vida: Dejar de verla como algo negativo para potenciar la idea de que ésta es precisamente necesaria para poder vivir. 

Centrarse en el bienestar propio: Dejar de pensar en la muerte para explorar el conocimiento de uno mismo y de nuestro mundo interior.

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