El motivo psicológico por el que los niños quieren llamar la atención con rabietas, llantos o celos

Entender el motivo psicológico detrás de la búsqueda de atención en los niños permite a los padres abordar estas conductas de manera más efectiva, brindando a los pequeños la seguridad y el apoyo necesarios para su desarrollo emocional y social.
Niño enfadado con su familia al fondo.
Niño enfadado con su familia al fondo.
Getty Images
Niño enfadado con su familia al fondo.

La necesidad de atención es una de las demandas más básicas y fundamentales en la vida de un ser humano. Todos, desde la infancia hasta la adultez, anhelamos ser amados, cuidados y apoyados. En España y en cualquier parte del mundo. 

La psicóloga Alexia Olaria, miembro de Top Doctors y parte del equipo del Hospital St. Joan de Déu de Barcelona, destaca en un artículo en 20minutos la importancia de esta necesidad en el desarrollo humano. Ser seres sociales por naturaleza, los niños buscan constantemente la atención de los demás, especialmente de sus padres, como figuras de referencia.

No es un  capricho, es un reclamo de seguridad

Según Olaria, la atención que los niños buscan no es solo un capricho, sino un reclamo de seguridad y confianza en sus logros y avances. Los niños buscan reflejarse en la mirada de los adultos, aprendiendo así sobre lo que está bien o mal. Sin embargo, cuando esta necesidad de atención se convierte en constante y persistente, podría ser un indicativo de problemas emocionales en el niño.

Borja Quicios, psicólogo educativo, añade en un artículo publicado en Guía Infantil que diversas razones pueden llevar a los niños a buscar la atención, siendo la seguridad y la proximidad algunas de las motivaciones principales. Puede ser que el niño se sienta inseguro en la escuela, nervioso por algún evento, o que perciba una falta de habilidad en sus relaciones sociales. A veces, el énfasis en comportamientos negativos puede aumentar la atención que reciben, generando un ciclo problemático.

Consejos para enfrentarse a las rabietas y llantos

Para abordar este comportamiento, tanto Olaria como Quicios ofrecen algunos consejos prácticos. Primero, es crucial reforzar el buen comportamiento, reconociendo y felicitando los pequeños logros diarios. Además, se destaca la importancia de dedicar tiempo de calidad al niño, hablar con él de manera significativa y buscar tareas que le brinden un sentido de éxito y autonomía.

Llantos, rabietas, celos...

Los niños, como seres en desarrollo, temen ser ignorados y anhelan la atención de sus padres. Quicios destaca que, cuando la atención no se obtiene de manera positiva, los niños pueden recurrir a conductas negativas para asegurarse de ser notados. Estos comportamientos incluyen el llanto, gritar, rabietas, celos entre hermanos y retroceso en el desarrollo.

Quicios propone cinco consejos para frenar las llamadas de atención de los niños. Se destaca la importancia de evaluar si el niño recibe la atención adecuada, prestar atención positiva a su buen comportamiento, interesarse genuinamente en sus asuntos, compartir tiempo de juego y, cuando sea posible, ignorar las conductas inadecuadas para reforzar las positivas.

Si persisten las preocupaciones, buscar la orientación de profesionales de la salud mental puede ser fundamental.

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