Fin del verano, cómo afrontar el retorno a las rutinas con los niños

  • Es importante cambiar las rutinas unos días de volver al colegio, especialmente las rutinas de sueño. 
La vuelta al cole supone a la vuelta a las rutinas.
La vuelta al cole supone a la vuelta a las rutinas.
Alexandr Podvalny / Pexels
La vuelta al cole supone a la vuelta a las rutinas.

El verano está llegando a su fin y en pocos días tendrá lugar la vuelta al colegio. Después de casi tres meses sin clases, madrugones ni rutinas es normal que cueste el arranque. Y es que, aunque a muchos niños les encanta la idea de ir al colegio, a otros, en cambio, les ocurre algo parecido al síndrome postvacacional de los adultos, lo que se conoce como síndrome de la normalidad, y puede provocar en ellos tristeza, apatía o desánimo. Para que esta vuelta a las clases y a la rutina sea menos dura para los más pequeños, hay algunas cosas que podemos hacer desde unos días antes.

La importancia del sueño

Aunque hay niños que son madrugadores por naturaleza, es normal que durante el verano sus horarios hayan cambiado y se hayan acostumbrado a acostarse y levantarse más tarde. En septiembre tendrán que volver a madrugar, así que es importante, para que no pierdan horas de sueño, que el cambio de rutina de sueño no sea brusco. Desde al menos 10 días antes de la vuelta a las clases deberemos empezar a variar estas rutinas, para que, un par de días antes ya hayan recuperado completamente sus horarios de sueño. Para ello, podemos:

•Ir adelantando cada día entre 15 minutos y media hora las rutinas que preceden al sueño: vuelta a casa, baño, cenas…

•Lo mismo deberá suceder con la hora de levantarse. Si no se despiertan por sí mismos, podemos adelantar cada día entre 15 y 30 minutos la hora de levantarse. Si les cuesta, podemos motivarles con algo que les guste: su desayuno favorito, un juego, etc. Ir adelantando la hora de despertarse ayudará a que se queden dormidos antes.

•Ayudará a que se queden dormidos antes: una cena ligera y nutritiva, la actividad física -pero no a última hora del día-, desconectar de cualquier tipo de pantalla al menos dos horas antes de dormir y un ambiente tranquilo en casa (luz tenue, poco ruido…).

Prepara su ‘mente’ para la vuelta a las clases

Si comprasteis el típico libro de repaso para las vacaciones, es el momento ideal para retomarlo, repasarlo, etc. Y es que, además de adaptar su sueño al cambio de rutina, hay que adaptar su mente, que durante las últimas semanas ha estado más centrada en jugar y divertirse. Para que este cambio de chip no sea drástico, podemos ir alternando actividades más lúdicas y libres con momentos de repasar contenidos del curso anterior, momentos de lectura, actividades que requieran concentración y estar más tiempo sentados, juegos de mesa, etc.

Podemos, incluso, planificar un horario alternando actividades académicas, lúdicas, de pantallas, juego al aire libre, juegos de mesa, etc. Sin ser estrictos al cien por cien, es importante que se cumplan los horarios y el tiempo estipulado para cada actividad, sobre todo las más académicas, pues es lo que sucederá cuando vuelvan al colegio.

También es importante dejar huecos para que no hagan nada y se aburran. Por un lado, porque aburrirse les dará tiempo para reflexionar, pensar… e estimulará su imaginación. Y por otro, para que se den cuenta de lo que echan en falta en cole y todo lo que conlleva.

Qué hacer si está desanimado

Si notamos que nuestros hijos están tristes o deprimidos debido a la vuelta a las clases, hay muchas cosas que podemos hacer para animarlos.

•Hablarle del colegio en sentido positivo. Sin forzarlo, recuérdale lo que está aprendiendo, la asignatura que más le gusta y le motiva, temas de los que podrá hablar cuando vuelta, de quiénes serán sus profesores, las actividades extraescolares a las que se puede apuntar, etc.

•Quedad con un amigo del cole. Seguro que hay muchos amigos a los que no ha visto en todo el verano. Para animarlo, podemos organizar una quedada -o una videollamada- con ellos. Seguro que verlos le ayuda a encarar la vuelta con más optimismo.

•Hazlo partícipe de los preparativos. Seguro que hay muchas cosas que comprar, papeles que rellenar, libros que forrar… Llévalo de comprar contigo y que ayude a elegir la mochila o el material escolar, la ropa nueva que necesita…

•Muéstrale tu apoyo. Si está nervioso y desanimado, es normal que esté más irritable y que incluso no quiera hablar del tema. Respeta su espacio y, sobre todo, hazle ver que lo entiendes y lo apoyas. Sé empático, pues a los adultos también nos cuesta la vuelta al trabajo y a las clases, solo que nosotros sabemos manejar más nuestras emociones. 

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