¿Cuál es el mejor momento o la mejor edad para hablar de sexualidad con los niños? Según una encuesta realizada por la marca de bienestar sexual We-Vibe entre casi 11.000 personas de once países, el 10% de los encuestados se mostró abiertamente dispuesto a introducir temas sexuales a sus hijos e hijas de 8 años o menos.
Los expertos señalan que se debe tener en cuenta la etapa de desarrollo y comprensión de cada niño y niña así como enfocar estas conversaciones de forma que resulten cómodas y apropiadas tanto para los padres y madres como para el niño/a o adolescente. "A menudo, los adultos no aplican en su propia vida cotidiana las nociones y conocimientos que pretenden transmitir a sus hijos. Por ello, la formación sobre nociones básicas de sexualidad puede ser muy beneficiosa para los adultos, de modo que puedan transmitir mensajes adecuados a sus hijos", afirma Ana Lombardía, experta en bienestar sexual.
En edades tan tempranas (de 3 a 7 años) se recomienda básicamente introducir la comprensión del cuerpo humano de acuerdo con el nivel de desarrollo, madurez y comodidad de cada niño. “La sexualidad es un tema delicado, por lo que puede resultar difícil abordarlo con niños y niñas pequeños. Aunque mantener estas conversaciones puede parecernos temprano y resultar incómodo, también es vital, ya que proporcionan una educación precisa y adecuada a la edad sobre el tema, que es importante para el desarrollo de la infancia y su comprensión del mundo”, señala la educadora sexual, que añade que estas conversaciones “transmiten información valiosa sobre el cuerpo humano, las relaciones, el amor propio y el respeto a los demás” y recomienda “abordar estos intercambios de forma natural, adecuada a la edad y progresiva".
Con el fin de facilitar esta tarea a los padres, We-Vibe presenta una completa guía con recomendaciones específicas para cada etapa de la niñez y adolescencia. En el periodo de 3 a 7 años estos serían sus diez principales consejos:
Encontrar el momento oportuno para las conversaciones
La guía aconseja buscar un momento de calma en un espacio tranquilo y privado para hablar con los niños sin interrupciones. “Asegúrate también de que estás en un estado de ánimo agradable antes de sacar el tema”, añaden. También sugieren escuchar atentamente al niño y permitirle hacer preguntas y expresar sus inquietudes: “esto te dará una idea de lo que ya sabe y lo que le despierta curiosidad”.
Valorar la voz del niño
Ante todo hay que hacerle saber al niño que sus preguntas son normales, que muchos otros niños de su edad preguntan lo mismo, que ha hecho bien en hablar con papá y mamá y que queremos responder sus cuestiones.
Utilizar un lenguaje apropiado para su edad
Utilizar términos sencillos que el niño entienda, evitando palabras complejas o técnicas que puedan confundirle. Es necesario adaptar el lenguaje a la edad del niño.
Enseñar las palabras correctas para designar las partes del cuerpo
Según los expertos, aprender los nombres adecuados para describir la anatomía es uno de los primeros pasos para comprender el cuerpo humano. “Los niños deben aprender los nombres correctos de todas las partes del cuerpo, incluidos los genitales. Puede que al principio sientas incomodidad, pero esta lección es esencial para su autonomía y su protección frente a los abusos”, insisten, recomendando cualquier ocasión cotidiana (por ejemplo el baño) para hablar del cuerpo y sus funciones.
Abordar las diferencias corporales
Los niños empiezan a notar las diferencias entre los sexos a una edad temprana por lo que es importante “explicarles que los niños y las niñas pueden tener una anatomía y un tipo de cuerpo diferentes, pero que cada uno es completamente normal tal y como es”.
Responder a las preguntas con sinceridad y precisión
“Si tu hijo te hace preguntas concretas sobre sexo, respóndele con sinceridad y de forma adecuada a su edad”. Si no se está seguro de la respuesta a una pregunta, se le puede proponer buscar información juntos o volver a hablar con ellos cuando se conozca mejor el tema en cuestión.
Respetar su nivel de comprensión
Siempre hay que tener en cuenta el nivel de desarrollo de cada niño y su capacidad de comprensión. “No le des demasiada información compleja de golpe que pueda abrumarle. En su lugar, introduce gradualmente más detalles a medida que crezca y madure”.
Hablar de intimidad y consentimiento
Enseñar a los niños que algunas partes de su cuerpo son privadas y que tiene derecho a rechazar cualquier contacto físico que le haga sentir incomodidad. Del mismo modo, hay que hacerles saber que deben respetar la intimidad y los límites de los demás. “Nunca es demasiado pronto para hablar del consentimiento y del deseo. Puedes explicarle que si alguien no quiere que le toque, aunque sea para abrazarle, darle un beso o acariciarle, hay que respetar su decisión”.
Fomentar una actitud positiva hacia su cuerpo
Hay que animar a los niños a apreciar su cuerpo y a sentirse bien consigo mismo; esto ayuda a construir una imagen corporal positiva y una autoestima sana.
Mantenerse abierto a próximas conversaciones
El niño debe tener claro que siempre puede contar con sus padres para hacer más preguntas o abordar preocupaciones y habrá que asegurarse de que se siente a gusto hablando. “Recuerda siempre que cada niño es único, por lo que es importante adaptar el enfoque a su nivel de desarrollo, madurez y comodidad. El objetivo es crear un entorno abierto y respetuoso en el que se sienta cómodo haciendo preguntas y obteniendo información precisa”.
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