Cómo detectar las sibilancias en un bebé y qué nos dicen sobre su salud

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©[Ben_Kerckx] via Pixabay.com.
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Los primeros años de vida son cruciales en la salud de una persona, por lo que no es de extrañar que los padres quieran estar encima y atentos a cualquier detalle. Por ello, es importante saber identificar algunos signos básicos que requieran llevar al pequeño a la consulta del pediatra.

¿Qué son las sibilancias y cómo se detectan?

Los bebés más pequeños, concretamente, son especialmente sensibles a los problemas de tipo respiratorio. Esto sucede porque ni este sistema ni el inmunológico están completamente desarrollados en el momento del nacimiento.

Por ello hay una serie de síntomas que son comunes en los niños de estas edades, y entre ellos están las sibilancias. Las sibilancias son un ruido característico, como un silbido tenue y agudo, al respirar.

Este sonido, que con menos frecuencia también se da en los adultos, es la consecuencia de un estrechamiento de las vías respiratorias que a su vez puede tener causas diversas, con diferentes grados de gravedad. Así, aunque nunca está de más consultar con el pediatra si detectamos este signo, deberemos estar atentos a otros síntomas para determinar el motivo último de la sibilancia y cómo actuar ante ella.

Posibles causas

Normalmente, si la sibilancia se presenta en un episodio único sin otros síntomas o acompañada de fiebre, tos y/o secreción nasal, suele estar provocada por una infección vírica puntual.

Por el contrario, si aparece de manera recurrente es posible que sea un signo de asma (especialmente si el bebé presenta reacciones cutáneas, tiene episodios más graves de forma ocasional, o si hay antecedentes de asma o de alergias en la familia), de infecciones virales frecuentes (si el niño tiene frecuentemente mocos, tos, o fiebre) o de alergias (reacciones cutáneas, la sibilancia se presenta sólo en un entorno determinado, ojos llorosos, mocos, estornudos frecuentes...). 

Más raramente, puede ser el resultado de que el niño tenga dificultad crónica para tragar, que sufra de reflujo gastroesofágico, de la presencia de un objeto extraño en los pulmones o de insuficiencia cardíaca.

Posibles tratamientos

Como vemos, esta variedad de posibles desencadenantes es la que hace más adecuado acudir al pediatra si nuestro bebé presenta sibilancias, ya que sólo él podrá determinar con la máxima seguridad la causa y prescribir el tratamiento que proceda.

En cualquier caso, sí que es posible que el facultativo prescriba el uso de ciertos fármacos, como broncodilatores o corticoides, que en casos determinados logran aliviar los síntomas.

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