Adiós a una primavera de sequía que agravó los síntomas de la alergia y provocó que hubiese nuevos pacientes: "Es la mayor epidemia no infecciosa del siglo XXI"

La sequía y las alergias
La sequía y las alergias
Carlos Gámez
La sequía y las alergias

Este miércoles 21 de junio da comienzo el verano y con él decimos adiós a una primavera especialmente atípica, marcada por la fuerte sequía, que ha tenido un papel clave en las alergias de este año. 

Factores como la contaminación, el ascendente calor y los cambios meteorológicos suelen intensificar los síntomas. Ahora, un estudio publicado por la Universidad de Vigo asegura que la sequía podría propiciar la aparición de factores climáticos y ambientales con efectos perjudiciales sobre la salud cardiorrespiratoria: "A medida que los suelos se vuelven más secos, es más probable que el polvo y otras partículas circulen en el aire, amenazando la salud respiratoria y cardiovascular".

"Este año, debido a las altas temperaturas y la sequía se han podido registrar picos de personas alérgicas con síntomas más severos", asegura en conversación telefónica con este medio Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Y es que, con la llegada del cambio climático los síntomas se han intensificado e, incluso, personas adultas sin antecedentes alérgicos han llegado a desarrollar síntomas.

"Para ser alérgicos tenemos que tener una predisposición genética, factores del medio externo como la contaminación o sequía hacen que personas que no eran alérgicas puedan llegar a desarrollar padecimientos. El medio externo en el que vivimos es cada vez más dañino[...] Se dice que la alergia es la mayor epidemia no infecciosa del siglo XXI", afirma Zapata.

Según datos de la Organización Mundial de la Alergia (OMA), actualmente un 25% de la población global padece algún tipo de alergia, aunque la situación irá en aumento y para el año 2050 se espera que sea el 50%. Paula Ribó, alergóloga en el Clínic de Barcelona y divulgadora científica, corrobora estos datos y afirma que "hay una tendencia al incremento" en las alergias. "Entre los motivos, se desconoce la causa exacta, aunque por el cambio climático y la llegada de árboles de rápido crecimiento -como los plataneros- a las grandes ciudades, éstas se vuelven lugares más propicios para el desarrollo de alergias", explica Ribó.

El adelanto de las alergias

A su vez, la ubicación geográfica también es un factor a considerar. Aquellas zonas más húmedas son propicias a registrar más ácaros, por lo que este tipo de alergia se acentúa. Mientras que lugares más secos y poblados de árboles con determinados procesos de polinización favorecen las alergias de pólenes, como el del olivo, muy presentes en el centro de la Península.

Según Joaquín Sastre, jefe del Servicio de Alergia de la Fundación Jiménez Díaz: "Este año se ha visto algo distinto, la polinización se ha adelantado un mes y, con ella, las alergias a pólenes de las gramíneas, pasto y olivo han aumentado". 

Además, el factor de la edad también ha sufrido cambios, y es que se han detectado algunos casos de surgimiento de alergias en adultos sin antecedentes respiratorios: "Ahora hay más alérgicos al polen entre los 20 y 25 años y entre 50 y 60 también se ha desarrollado una mayor alergia a las arizónicas [...] Sin embargo, estas apariciones de alergias en adultos son muy poco frecuentes", explica Sastre. 

Desajuste en las temporadas de polinización

Un factor relevante de ser considerado es si el periodo de alergias se ha prolongado debido al adelanto de la polinización. Según Sastre, "depende del polen al que se tenga alergia". Es decir, "los inviernos tibios que estamos viviendo hacen que las alergias propias de esta temporada, como al polen del ciprés o arizónicas, se prolonguen en el tiempo (aproximadamente de diciembre a marzo) [...] Mientras que el periodo de alergia al polen de los pastos y gramíneas se ha hecho más corto, pero con síntomas más intensos".

Factores como la contaminación también han sido vinculados al aumento de casos de alergias, sin embargo, no es este el factor que la polución altera: "La contaminación de las grandes ciudades no aumenta los casos de alergias, vivir en el campo no protege, aunque la contaminación sí que puede hacer que los síntomas sean más intensos", expone Sastre.

Sin embargo, para ver cambios significativos en la evolución de las alergias tenemos que esperar a terminar la primavera y, sobre todo, el año. Ahora bien, "la buena noticia de todo esto es que con un diagnóstico lo antes posible, se puede hacer que la patología tenga menos relevancia", concluye Zapata.

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