Alergia al agua: qué se sabe sobre esta rara y misteriosa enfermedad

La urticaria acuagénica es comúnmente conocida como la alergia al agua.
La urticaria acuagénica es comúnmente conocida como la alergia al agua.
PIXABAY
La urticaria acuagénica es comúnmente conocida como la alergia al agua.

¿Se puede ser alérgico a algo tan común como el agua? Por extraño que pueda parecer, la urticaria acuagénica, comúnmente conocida como alergia al agua, existe y está documentada por especialistas en todo el mundo.

Según explican desde el Centro de información sobre enfermedades genéticas y raras de EE UU (GARD, por sus siglas en inglés), se trata de una rara condición donde el paciente desarrolla "ronchas con picazón" inmediatamente después de que su piel entre en contacto con el agua, independientemente de su temperatura. La causa exacta de la aparición de la urticaria acuagénica es todavía desconocida, aunque se ha dado más en mujeres y los síntomas a menudo empiezan en la pubertad.

Los profesores de la Universidad de Nottingham Trent Samuel J. White y Philippe B. Wilson han explicado en un artículo publicado en The Conversation por qué se cree que surge esta enfermedad y qué tratamientos existen para ello.

Según detallan, la alergia al agua aparece a raíz "de una respuesta inmune anormal desencadenada por la interacción del agua con la piel". Si pensamos en el sistema inmunológico del cuerpo humano como si se tratase de un guardián siempre vigilante ante posibles invasores, "el agua de alguna manera desencadena una respuesta de alarma" en personas con urticaria acuagénica. "Esto conduce a la liberación de sustancias como la histamina, que provoca urticaria, ronchas y picazón", añaden White y Wilson.

Las investigaciones llevadas a cabo han permitido identificar una serie de mutaciones en genes específicos asociados con la alergia al agua, como el gen FABP5, crucial para la función de la barrera cutánea. En concreto, las mutaciones de este gen alteran la capacidad de la piel para repeler el agua, activando así una respuesta inflamatoria.

A ello hay que sumar que factores ambientales como los cambios hormonales o la exposición a sustancias químicas "pueden influir en su gravedad". Por este motivo, los expertos señalan que la clave está en comprender la base genética, para así tener información sobre cómo se produce la enfermedad y las posibles terapias. "Al identificar marcadores genéticos específicos, se pueden desarrollar enfoques de tratamiento personalizados dirigidos a mecanismos subyacentes", indican.

Sin embargo, la alergia al agua todavía siendo una enfermedad de la que se conoce muy poco. Samuel J. White y Philippe B. Wilson describen en su artículo que la primera mención documentada de esta alergia data de finales del siglo XX, "con informes de casos que detallan las experiencias desconcertantes de personas afectadas por la urticaria inducida por el agua".

Desde entonces, los casos que han aparecido han sido esporádicos. Según estimaciones actuales, se han notificado menos de 100 en todo el mundo, lo que respalda la convicción de que se trata de una de las formas más raras de urticaria.

Tratamientos

Ante los desafíos que presenta esta alergia tan peculiar, existen algunos tratamientos convencionales y terapias experimentales que tratan de aliviar los síntomas en los pacientes que la padecen.

Tal y como señalan White y Wilson, fármacos como antihistamínicos o corticosteroides "ofrecen un alivio temporal", pero no abordan la causa. En cambio, la fototerapia, que consiste en exponer la piel a una luz ultravioleta, "se ha mostrado prometedora para aliviar los síntomas".

La tercera vía la forman los denominados "fármacos de molécula grande", elaborados a partir de proteínas, que van dirigidos a vías inmunitarias específicas implicadas en las reacciones alérgicas. Para estos profesores, "ofrecen un enfoque terapéutico más específico que tiene potencial para el manejo de los síntomas a largo plazo".

Asimismo, el uso de barreras protectoras, como cremas emolientes, también puede ayudar a crear una capa entre la piel y el agua y a reducir la gravedad y la frecuencia de los síntomas.

Todo suma para evitar un elemento tan común y necesario como es el agua, algo que resulta complicado e implica una planificación cuidadosa, en la que se deben incluir formas alternativas de mantenerse limpio, apuntan los profesores.

En definitiva, ambos expertos concluyen que "es esencial realizar más investigaciones sobre los mecanismos del sistema inmunológico que subyacen a la urticaria acuagénica para encontrar nuevos tratamientos".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento