Cómo identificar los síntomas del cáncer de pulmón: causas y tratamiento de la enfermedad

Cáncer de pulmón.
Cáncer de pulmón.
EP
Cáncer de pulmón.
Cáncer de pulmón.
AECC / EP

Cada año se diagnostican en España cerca de 30.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, el tercero más frecuente en hombres y mujeres, así como la primera causa de muerte por cáncer. Aproximadamente 22.000 personas pierden la vida anualmente como consecuencia de este tumor, siendo el tabaquismo "el principal agente causal", explican en la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

El proceso de este cáncer es parecido a otros, ya que la célula sana se transforma en una célula tumoral "que se encuentra en el epitelio que reviste todo el árbol respiratorio desde la tráquea hasta el bronquiolo terminal más fino y las células que se encuentran en los alveolos pulmonares", detallan.

En este sentido, existen dos tipos de cáncer de pulmón: el de células no pequeñas, que representa cerca del 85-90% de los casos, y el de células pequeñas, que se desarrolla en el 15% de pacientes. En cualquiera, el diagnóstico precoz es fundamental para prevenir el avance de la enfermedad a estadios más graves o el desarrollo de metástasis, ya que es uno de los tumores con peor pronóstico, junto con el de hígado y páncreas.

¿Cuáles son los primeros signos de alerta?

A pesar de su gran agresividad, en un gran porcentaje de pacientes el cáncer de pulmón puede no producir síntomas en sus fases más tempranas y es por eso que suele ser diagnosticado en estadios avanzados, para los que la tasa de supervivencia se reduce considerablemente.

Así, algunos de los signos de alerta más frecuentes al comienzo de la enfermedad son los siguientes:

  • Cansancio.
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Tos seca con o sin flema.
  • Tos con sangre en el esputo (hemoptisis).
  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Dolor si afecta a estructuras óseas.

La tos persistente es uno de los síntomas más frecuentes en la mayoría de pacientes, aunque también es probable que padezcan disfonía, esto es, cambios en la voz, así como disfagia, que ocurre cuando "el paciente tiene la sensación de que la comida se le queda detenida en la mitad del tórax", explican en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Asimismo, este tumor puede originar dolor en la zona de la espalda más localizado y cuando se encuentra en fases avanzadas puede manifestarse con debilidad, dolor de huesos y articulaciones, confusión, mareos y cansancio generalizado.

¿Qué factores de riesgo influyen en su aparición?

En más del 80% de los casos diagnosticados en España de cáncer de pulmón, el tabaquismo es la causa principal de su desarrollo, y en los últimos años se ha dado un aumento progresivo en las mujeres. Así, "las probabilidades que tiene un fumador crónico de padecer un cáncer de pulmón a lo largo de su vida pueden alcanzar el 30%, mientras que en no fumadores es del 1%", subrayan en la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

Por otra parte, existen más factores que pueden incrementar el riesgo de padecer este tumor, como los siguientes:

  • Ser fumador pasivo.
  • Exposición al amianto o a otros hidrocarburos, como arsénico y níquel.
  • Tener otras patologías pulmonares, como fibrosis o EPOC.
  • El riesgo aumenta con la edad.
  • El riesgo también se incrementa cuando hay antecedentes familiares de la enfermedad.
  • La contaminación del aire incide en el riesgo de padecer cáncer de pulmón o enfermedades pulmonares como EPOC.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento habituales?

Como destacan en la Clínica Universidad de Navarra, si el cáncer está localizado "posible el abordaje quirúrgico y la curabilidad del paciente en un alto porcentaje de casos". Así, entre los procedimientos quirúrgicos se incluyen la lobectomía, la neumonectomía o la segmentectomía.

En cualquier caso, el abordaje de este tumor es multidisciplinar y dependerá de la fase, del tipo de cáncer de pulmón y de las características del propio paciente. "Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de pulmón son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia", añaden en la AECC.

La radioterapia consiste en administrar "radiaciones ionizantes para el tratamiento local de determinados tumores" con el objetivo de eliminar las células tumorales originando el mínimo daño a las sanas. Esta técnica puede usarse como tratamiento combinado a la quimioterapia en "pacientes con tumores no operables" o en el caso de pacientes "con enfermedad metastásica", añaden desde la CUN.

La administración de la quimioterapia, por su parte, se lleva a cabo como tratamiento adyuvante tras una cirugía o como neoadyuvante, esto es, "de forma previa a una posible resección quirúrgica". También como "tratamiento paliativo", en el caso de que la enfermedad se disemine en el organismo.

Por otro lado, la inmunoterapia es una técnica que constituye un gran avance en el abordaje de este tipo de cáncer y que puede ser un tratamiento único o combinado con quimioterapia y radioterapia.

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