Los sorprendentes casos del cirujano Diego González: desde una llave en el pulmón a un tumor de seis kilos

Diego González, durante una operación.
Diego González, durante una operación.
CEDIDA
Diego González, durante una operación.
Una de las increíbles operaciones del cirujano Diego González

El cirujano gallego Diego González ha llegado a ser uno de los más célebres no sólo en nuestro país, sino en el mundo. Desde hace años, viaja por todo el mundo realizando complejas operaciones a pacientes para los que a veces no hay otra esperanza.

Con motivo de una entrevista concedida recientemente a 20minutos, González relató algunos de los casos más sorprendentes que se ha encontrado a lo largo de su trayectoria profesional.

Una llave en un pulmón

Uno de los casos que narra es también uno de los que más atención mediática ha recibido recientemente. "Una chica que sabía que estábamos por allí [Kinshasa, República Democrática del Congo] y se acercó al hospital. La sorpresa fue que llevaba con una llave alojada en el pulmón dos años".

"Es ciencia ficción. Lo primero que no muriera en el momento, y lo segundo que luego hubiera seguido viva durante los dos años siguientes", comenta el cirujano. 

"Nadie allí le daba una solución. Decían que no se podía quitar", prosigue. "Pero gracias a poder hacerlo de forma poco invasiva, con una incisión pequeñita (aunque fue una operación compleja: abrir el bronquio, quitar la llave, reconstruirlo luego, limpiar todo el pulmón...) la niña se fue a casa en dos días. Fue una satisfacción enorme: esa chica se hubiera muerto", concluye.

Un tumor de cinco o seis kilos

"Ha habido algunos tumores enormes", recuerda por otra parte. "En Uzbekistán operé un tumor gigante que le ocupaba al paciente el pulmón entero... gigante. Era un tumor benigno, pero que en la práctica se estaba comportando como maligno... Cuando me lo plantearon, le salía casi por el cuello. Pesaba cinco o seis kilos, una barbaridad".

También, señala, "recuerdo una noche en Honduras. operé a un chico que llevaba diez años con un tumor en el bronquio. Se había hecho ya gigante. Si ese chico llega a estar en Europa, se le hubiera operado cuando era del tamaño de una canica. Pero como es de crecimiento lento, al pasar diez años va anulando todo lo que hay alrededor: le tuvimos que quitar el pulmón entero".

Algunos de estos casos empeoran por los errores de las personas que los tratan: "Por el mundo me encuentro barbaridades. No te puedes imaginar lo que se hace por ahí. Por desconocimiento, por inexperiencia, porque en muchos países no existe la cirugía torácica como tal... No es que lo hagan mal, es que no es su campo y hacen lo que pueden", reflexiona el gallego.

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