La sombrilla te protege del cáncer de piel y otros falsos mitos sobre el bronceado

La sombrilla por sí sola, sin otras precauciones, no protege del cáncer de piel
La sombrilla por sí sola, sin otras precauciones, no protege del cáncer de piel
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La sombrilla por sí sola, sin otras precauciones, no protege del cáncer de piel

Que la piel tiene memoria es ya una máxima que todos sabemos. ¿Y qué significa esto? Que por mucho que ahora pretendamos cuidarnos, si nos hemos expuesto al sol de manera indiscriminada, la piel va a protestar en forma de lesiones cutáneas más o menos relevantes.

Llega el verano, y volvemos con los recordatorios de siempre. Utilizar cremas con protección solar elevada, repetir la aplicación cada dos horas, utilizar gorros y sombrillas… cuando resulta que lo más importante es evitar la sobreexposición

Si abusamos del sol porque queremos un tono de piel dorado, es importante que sepamos que no habrá sombrilla que nos proteja lo suficiente, ni tampoco podremos engañarnos con eso de que se puede conseguir un bronceado saludable. El bronceado es una reacción de la piel cuando se siente agredida por los rayos ultravioleta.

Más vale prevenir… que curar

Una excesiva exposición a los efectos nocivos del sol, así como la ausencia de protectores con FPS +50 ha provocado la aparición de lesiones cutáneas malignas y premalignas

En palabras de la dermatóloga y miembro de Doctoralia, Sophia de la Corte: "Tenemos muchos pacientes que, debido a esta circunstancia, precisan revisiones periódicas para tratar las queratosis actínicas, que no dejan de aparecer aunque hayamos dejado de tomar el sol precisamente porque ésta tiene memoria".

Unas cifras que dan vértigo

La incidencia del cáncer de piel en España ha aumentado un 50% a lo largo de las últimas décadas, según una investigación sobre melanoma cutáneo llevado a cabo por la Red España de Registros de Cáncer y la Sociedad Española de Oncología Médica. Sólo en 2022 se contabilizaron 7.500 nuevos casos de melanoma cutáneo, con una tasa de incidencia de 16 casos por cada 100.000 personas.

<p>Un dermatólogo revisa un lunar a una paciente.</p>
Un dermatólogo revisa un lunar a una paciente.
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"Los motivos más frecuentes por los que los pacientes acuden a consulta suelen ser los relacionados con lunares: revisión rutinaria, aparición de nuevos o cambios en los que ya existían", concluye la dermatóloga. En nuestro país, el melanoma es el noveno cáncer más frecuente en mujeres y el decimoprimero en hombres. Por edades, el grupo más afectado es el que engloba a las personas mayores de 65 años, que representan un 44% de los casos totales.

Desmontando mitos

Sophia de la Corte y Ana Varela, dermatólogas de Doctoralia, desvelan a 20minutos las falsas creencias sobre la protección solar y el bronceado de la piel, para que tomemos nota de cara a este verano.

Una mujer aplicándose crema solar
Una mujer aplicándose crema solar
Murat Deniz

Uno de los mitos más extendidos en general es que el número del factor de protección solar equivale al tiempo de acción del fotoprotector. Es decir, si el factor es 50, su acción durará 50 minutos. La mala noticia es que esta creencia es falsa. Lo que realmente indica el FPS es la capacidad de proteger la piel teniendo en cuenta la dosis eritematosa mínima, con y sin protección. Otra forma de decirlo: es la dosis de radiación ultravioleta B (UVB) necesaria para producir una quemadura.

El FPS (SPF en inglés) va desde bajo (entre 6 y 10), moderado (15 a 25) a alto (30 a 50) y muy alto (50+). En resumen: con una Cream FPS 50, tu piel estará 50 veces más protegida que si no te aplicaras ninguna crema.

El bronceado saludable no existe

El único bronceado saludable es que tenemos por pura genética, y es el que establece nuestro fototipo (el color de nuestra piel) natural, sin someter a nuestra piel a las radiaciones solares.

Como hemos dicho anteriormente, el bronceado no deja de ser un mecanismo de defensa frente al daño que se ha producido en nuestras células debido a la exposición solar. El bronceado, por tanto, es directamente proporcional al riesgo de desarrollar cáncer de piel. Al fin y al cabo, el bronceado es transitorio (apenas dura una estación de tres meses) pero sus efectos nocivos permanecen toda la vida.

La sombrilla no te protege tanto

En demasiadas ocasiones, extendemos la sombrilla, nos colocamos debajo de ella, y nos desentendemos del sol. Mal hecho. En este sentido, las dermatólogas nos explican lo importante que es hacer referencia al denominado Índice de Albedo: el que mide la reflexión de la luz solar al incidir sobre distintas superficies. En función de dónde estemos situados, al luz se reflejará más o menos. 

Las sombrillas son unos de los productos más empleados para protegernos del sol.
Las sombrillas son unos de los productos más empleados para protegernos del sol.
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Por lo que respecta a la nieve, la radiación refleja hasta el 80%. En la arena, ese reflejo es del 15%. En la hierba, estamos hablando de un 25%. De esta teoría se deduce que, bajo la sombrilla, continuamos expuestos a la luz solar aunque creamos que nos está "dando la sombra". Si nos metemos bajo la sombrilla y lo hacemos sin crema protectora, y además no tenemos en cuenta que son las horas centrales del día, estaremos poniendo nuestra piel en un serio aprieto, y comprando papeletas para que desarrolle un melanoma.

Palabra de experta

La dermatóloga Ana Varela nos recuerda los consejos básicos para cuidar la piel en verano.

Lo primero es evitar la exposición durante las horas centrales del día (de 11 a 17 h). La crema que nos apliquemos, que sea de 50+. Si tu piel tiene capacidad de pigmentarse, te pondrás moreno igualmente. Recuerda renovar la crema cada dos horas. Si te bañas, aplícate un poco cada vez que salgas del agua.

Es buena idea ayudarnos de gorras, gafas de sol homologadas, camisetas, sombrillas… existen prendas con fotoprotección solar incorporada. Una buena idea para no complicarse. Eso sí, evita estar bajo la sombrilla en las horas más peligrosas, independientemente de si te has puesto crema o no. "Ten en cuenta que no es necesario quemarse para que la piel sufra daño por el sol".

Olvídate definitivamente de los solárium, puesto que esta demostrado que aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel, y revisa tus lunares periódicamente. Ante cualquier duda, visita a tu dermatólogo. Recuerda la regla del ABCDE: A de asimetría; B de bordes irregulares; C de color (más de un color dentro de la misma lesión); D de diámetro (mayor de 6 milímetros); y E de evolución.

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