¿Gripe en verano? Sí, es posible (y más frecuente de lo que imaginamos)

Tanto la gripe como los resfriados de verano son iguales que los que podemos padecer en cualquier otra época del año. Lo que cambian son las causas que los provocan y la posibilidad de que den al traste con nuestros planes de vacaciones

Gripe, resfriado, constipado, constiparse, mujer tosiendo, toser, tos
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EUROPA PRESS - Archivo
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Tener gripe en los meses más calurosos del año es posible, aunque por incidencia, son más habituales aún los resfriados. Según un estudio realizado por la Universidad de Turín los niveles bajos de vitamina D se asocian con un aumento de las enfermedades respiratorias como la gripe, lo que significa que el papel del sol podría ser beneficioso para evitar ambos procesos infecciosos.

Tanto la gripe como el resfriado desarrollan el mismo proceso sea cual sea la época del año en que se manifiesten. Sin embargo, es una realidad que, con las olas de calor que se están sucediendo este año en España durante el verano, los cambios bruscos de temperatura (aires acondicionados, corrientes de aire…) están haciendo estragos.

Cuidado con el aire acondicionado

Las causas que pueden desencadenar una gripe en invierno o en verano son bien diferentes, aunque los síntomas sean muy parecidos. En la época del año en que nos encontramos, lo más habitual es que se produzca por cambios bruscos de temperatura entre el espacio exterior (40ºC a la sombra), y los interiores (aire acondicionado non stop).

Aire acondicionado portátil Cecotec
El aire acondicionado es responsable de muchas gripes de verano
Cecotec

Los aparatos de aire acondicionado irritan nuestras mucosas nasales, facilitando la entrada de rinovirus (principales responsables de los resfriados). Por todo ello, José Antonio Valdés, farmacéutico e investigador de productos naturales explica a 20minutos que "es importante preparar nuestro sistema inmunitario para afrontar el verano, con la intención de que se mantenga fuerte y protegido, tal y como recomendamos desde Lanier Pharma".

¿Cómo sé si tengo gripe en verano?

Aparte de malestar general, el clásico síntoma en cualquier proceso vírico, la gripe en verano presenta una serie de síntomas fáciles de identificar.

Por lo que respecta a la primera señal de alarma, la fiebre, el experto nos cuenta que lo normal es tener sólo unas décimas, alcanzando los 37 o 37,5ºC. Sin embargo, el calor del verano, que en España se hace especialmente patente, hace que la sensación térmica sea superior. Pese a que no se manifieste fiebre alta, la gripe puede provocar escalofríos y acaloramiento general.

Mujer con fiebre
Con la gripe puede subir la temperatura pero sólo unas décimas
Getty Images

Otros de los síntomas que nos advierten de que estamos gestando una gripe son la tos y la sensación de garganta seca. Quien lo padece puede tener una tos ligera, sin expectoración, con la garganta irritada. Esta circunstancia puede generar molestias al intentar comer. 

Los estornudos son frecuentes, sobre todo al comienzo de la gripe, que hace que en muchas ocasiones se confunda con la alergia. Como último síntoma predominante está la congestión, que provoca gran mucosidad de escasa densidad pero muy frecuente.

Cuidado con la deshidratación

A pesar de que no hay mayores complicaciones derivadas de la gripe en verano que en cualquier otra época del año, hay que tener especial precaución con la deshidratación, que sí es una consecuencia más probable con las altas temperaturas. Para evitarla, hay que ingerir más líquidos de lo habitual, se tenga o no se tenga sed.

Beber agua es fundamental para mantenernos hidratados en verano.
Beber agua es fundamental para mantenernos hidratados en verano.
Pexels

Más allá de los síntomas físicos, afrontar una gripe en verano es más fastidioso si cabe porque obliga a quienes la padecen a guardar reposo mientras el resto hace planes al aire libre. Tampoco interesan las bebidas muy frías (que son las que más apetecen), pasar el tiempo en la playa o la piscina… Mejor reposar con la tranquilidad del hogar para recuperar fuerzas.

Medidas preventivas anti-gripe

El experto de Lanier Pharma, además, comparte cuatro medidas importantes para prevenir la gripe en verano.

La primera de ellas consiste en mantener una humedad del aire por encima del 30% con ayuda de un humidificador, algo imprescindible para que las mucosas no se resequen. La alimentación también es clave para poder evitar en la medida de lo posible un resfriado, ya que hay micronutrientes esenciales para ayudar a las defensas. Frutas y verduras en abundancia son los mejores aliados.

Frutas y verduras ricas en vitamina C.
Frutas y verduras ricas en vitamina C.
ISTOCK/Ann M Marosy

Con el calor del verano tendemos a sudar más, y por lo tanto a deshidratarnos, por lo que hay que mantener una hidratación completa, especialmente en población de riesgo como son los ancianos o los niños. Para finalizar, podemos  prevenir este tipo de infecciones suplementándolos con productos como Inmunízat, que posee betaglucanos, ácido tánico, zinc, selenio, vitamina C y D.

¿Qué puedo hacer si ya 'he caído' con gripe?

Una vez que hemos caído en las redes de la gripe, debemos priorizar el descanso: dormir bien ayuda mucho a que nuestro organismo se recupere del desgaste acelerado. Los antibióticos no son útiles contra la gripe, puesto que se trata de un proceso vírico y no bacteriano. Nada de automedicarnos, algo tan español, ya que podría ser contraproducente para nuestra salud.

Para acelerar el proceso de curación es importante tener unos días de reposo, tomando algún antitérmico si es necesario (con fiebres más allá de 37,5ºC). El agua en abundancia y las infusiones se convierten en imprescindibles compañeros de sofá mientras nos recuperamos. Como contrapartida, hay que evitar el alcohol y las bebidas energéticas. Medidas como los lavados nasales y la ventilación correcta en la habitación en la que pasamos la mayor parte del tiempo resolverán la gripe en menos tiempo.

Sol anti-infecciones sí, pero con precaución

En palabras del experto, José Antonio Valdés, tomar el sol puede ser beneficioso para mantener óptimos niveles de vitamina D en la sangre, en épocas muy calurosas como este verano. Sin embargo, como contrapartida, el organismo debe trabajar más para mantener la temperatura corporal estable

Evitar irritaciones y rojeces son dos de los motivos para no usar este producto expuestos al sol.
La vitamina D que absorbemos a través del sol contribuye a evitar la gripe, pero con cautela
Freepik

En consecuencia, el cuerpo se ve obligado a tener que consumir más oxígeno, lo que puede causar algunas dificultades a las personas que padecen hipoxia (deficiencia de oxígeno en la sangre). Por eso, hay que proveerse de vitamina D, pero con precauciones.

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