Thomas Eriksson: "Cuanto más aprendes sobre ti, más entiendes sobre los demás"

Este experto en análisis de la personalidad opina que todos podemos clasificarnos en base a cuatro 'colores' (o una mezcla de ellos) por nuestra forma de comunicarnos... y que este sistema puede ayudar a entendernos y evitar conflictos.
Thomas Eriksson
Thomas Eriksson
Carlos Ruiz B. K.
Thomas Eriksson

Entre tus ojos y tu nuca se encuentra nada más y nada menos que el objeto más complejo en todo el cosmos conocido. No es una idea que incite precisamente a la humildad (probablemente, al leer estas palabras, se ha visto recorrido aunque sea una por chispita de orgullo), pero no tan rápido. Recordemos que no está solo: como él, en la tierra existen en torno a unos 8.000 millones más.  Y estamos condenados a entendernos los unos a los otros.

Es algo básico para nuestra existencia y a la vez algo tremendamente difícil, si tenemos en cuenta que esa misma complejidad yace en todos nosotros. Saber por qué los demás actúan como lo hacen es un reto, pero como desgrana el experto en patrones de comportamiento y análisis de la personalidad sueco Thomas Erikson (1965) en su libro Rodeados de Idiotas: Los cuatro tipos de personalidades (o cómo entender a quienes tanto cuesta entender) (Planeta, 2023), puede ser clave para afrontar los conflictos de nuestra vida profesional y personal y obtener lo mejor de nuestras interacciones. 20minutos se ha puesto en contacto con el autor para indagar más a fondo en su método.

¿Realmente se puede dividir a todo el mundo en cuatro colores? No. No se puede (risas). Los cuatro colores son los ingredientes básicos: al hacer un pastel, necesitamos huevos, leche, azúcar... Pero luego está cómo se combinan estos elementos. Muy pocas personas tienen un sólo color; esto es sólo comportamiento, lo que vemos en superficie. Tenemos que conocer las motivaciones, lo que las mueve...Este sistema es algo básico, un fundamento para empezar a entender a otras personas y entenderme a mí mismo. Esa es la base.

¿Existe una persona que no se ajuste a estos moldes, que tenga un 'quinto color' diferente?Este sistema emplea cuatro colores. Hay otros que dividen a las personas en cuatro o cinco tipos, pero no es el caso de este. Ahora bien, si combinas rojo y amarillo, tienes naranja, por ejemplo.

¿Y qué es lo que define a estos colores? ¿Es posible cambiar de color según el momento o las circunstancias?Imaginemos un eje en cruz. Tenemos 'orientados a las tareas' arriba y 'orientados a las personas' abajo; 'extrovertido' a la izquierda e 'introvertido' a la derecha. Así ya tenemos los cuatro colores, en cada cuadrante. Los rojos estarían en la esquina superior izquierda (orientados a las tareas, extrovertidos): son dominantes, piensan rápido; muy competitivos, impacientes, van a los resultados y pueden ser duros o incluso agresivos. En la esquina inferior izquierda están los amarillos (orientados a las personas, extrovertidos): sonrientes, alegres, creativos, positivos... Se les da bien la gente, son buenos comunicadores. Los que escuchan bien son los verdes; también orientados a las personas pero más introvertidos. Prestan mucha atención, son más tranquilos, comparten, cuidan, ayudan, son buenos miembros de un equipo y no les gustan los conflictos. El último grupo, los azules, están orientados a las tareas pero son introvertidos. Dan mucha importancia a los detalles, a los hechos, muy minuciosos.

​El cincuenta por ciento de esto viene de nuestra herencia, mientras que la otra mitad es ambiental, procede de la educación. Por ello, cuando uno ya está hecho y derecho, la personalidad se queda un poco fija en lo que somos. Podemos adaptarnos un poco a las circunstancias, pero no demasiado tiempo. No se puede ser mucho tiempo lo que uno no es; puede traer enfermedades, incluso. Todos tenemos evidentemente debilidades y podemos trabajar en ellas, pero si no hay experiencias traumáticas o similar no hay cambios fundamentales.

¿Cuál es el sentido práctico de categorizar a las personas?Esa es la pregunta esencial. Yo diría que tiene que ver con todos nos necesitamos: parece un cliché, pero nadie es realmente exitoso como una isla, todos necesitamos de los demás. Por ello tenemos que desarrollar una serie de habilidades sociales que son la base para una buena comunicación, y eso significa entender a los demás y por qué actúan como actúan.

​Para entender a los demás tenemos que entendernos a nosotros mismos. Si empezamos mirándonos al espejo y nos preguntamos: ¿Esto es lo que perciben de mí? ¿Veo lo que ellos ven? Cuanto más aprendas sobre ti, más aprendes sobre los demás, y eso va a evitar conflictos, va a ahorrarnos tiempo... eso en sí mismo ya es algo positivo. El mundo necesita más entendimiento y menos conflicto.

¿Hay alguna situación en la que sea contraproducente?Si lo usas mal. Toda herramienta puede ser mal empleada: tomemos por ejemplo la electricidad. Puedes usarla para cocinar un huevo o para freír a una persona. Puedes usar un martillo para clavar un clavo o para matar; no depende del martillo sino de quien lo empuña. Si tienes rasgos psicopáticos o narcisistas puedes usar mal estos conocimientos (de hecho, escribí un libro que se llama Rodeado de psicópatas). Las personas con estas características existen y usan cualquier herramienta a su disposición. Mi misión, diría, es utilizarlo correctamente.

¿Es muy común encontrarse con psicópatas?Depende del tipo de investigación, pero entre un 2 y un 3% de la población son psicópatas. Eso es mucha gente; sólo en Suecia ya serían 200.000. Muchos no los ves; algunos están en el sistema de prisiones. Otros llegan a lo alto de cualquier organización usando sus encantos y sus habilidades sociales. Me he encontrado con un par a lo largo de mi vida y es una experiencia muy desagradable. 

¿Y con narcisistas?Más o menos el doble que ese porcentaje. Pero no sólo eso; hay mucha gente que, sin serlo clínicamente, actúa como tal. Las redes sociales nos invitan mucho a actuar como narcisistas; evidentemente, los narcisistas y los psicópatas triunfan en las redes sociales. Si gritas lo fantástico que eres en una plaza, la gente te tomará por loco, pero en las redes sociales esa misma conducta se ve recompensada. 

¿Cuáles son los detalles que revelan nuestro color?En otra entrevista decía que me lleva cinco segundos ver el color de otra persona. Es un poco exagerado; pero, por ejemplo, los rojos y los amarillos no se pueden quedar callados. Los ves llegar. Una persona verde se quedaría más callada. Sonríe, es amable, pero mantiene las distancias al principio. Una persona azul tendría una cara inexpresiva, como un robot. Si sabes qué es lo que buscas, puedes sacar rápidamente información sobre cómo es y cómo se comunica una persona. 

Por último, ¿Las personas no sabemos intuitivamente hacer esto? ¿Necesitamos que nos lo enseñen?La intuición es algo bello, y en mayor o menor medida todos la tenemos. Pero en última instancia, podemos equivocarnos; lo que es una mirada de concentración en algunas personas puede parecernos un gesto de aburrimiento. Lo ideal es adquirir además herramientas que nos sirvan para complementar esos juicios; yo diría que el punto mágico está en usar un 50% de cada recurso.

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