La clave la daba Iglesias antes de entrar: "He venido a debatir con Rajoy". Y así transcurrió un debate aburrido que solo se animó al final, a cuenta de la corrupción. Rivera intentó hacerse visible a duras penas repartiendo a ambos lados y Sánchez pronto dejó ver quién era su auténtico rival. "No soy yo el adversario, le contestó Iglesias, que cumplió con éxito su objetivo de no cometer errores. Y Rajoy resulta que salió vivo gracias a una defensa eficaz de su gestión... y sin tirar del discurso del miedo, oigan. O será que ya no vende.

Gol de Vallés.

Dos reservones y dos peleones.

Estrategias.

Debate aburrido y sin sorpresas.

Iglesias logra ser el rival de Rajoy.

Debatir sin mirarse.