RAFAEL MATESANZ. FUNDADOR DE LA ONT
OPINIÓN

Hasta el pene se trasplanta

Rafael Matesanz
Rafael Matesanz
JORGE PARÍS
Rafael Matesanz

Una buena información médica es la que huye del titular espectacular del primer día y en cambio sigue la noticia a medio plazo para comprobar cuánto de éxito y de fracaso pudo haber en un aparente bombazo informativo. Especialmente cierto en el campo de los trasplantes, donde no es infrecuente ver calificado de éxito un trasplante de brazos a los pocos días, cuando tendrán que pasar meses e incluso años hasta que se recupere el movimiento, o incluso un trasplante de médula a las 24 horas cuando lo único que se ha hecho ha sido infundir las células del donante.

Por eso hay que destacar como se merece la reciente publicación en The Lancet, una de las revistas médicas de mayor prestigio, de la evolución del primer trasplante de pene realizado con éxito hace dos años y medio, y por tanto con una posibilidad real de valorar su evolución y no decir simplemente que se había suturado el pene del donante al receptor y ya está, que era más o menos lo que se había sabido de estos casos hasta ahora.

El agraciado fue un joven sudafricano de 21 años de una tribu llamada 'xhosa', en la que unas circuncisiones tradicionales realizadas en no muy buenas condiciones producen unas 250 amputaciones anuales del miembro viril por gangrena del mismo que frecuentemente acaban también con la vida de los jóvenes. Aunque parecería más racional eliminar las causas de estos desaguisados, lo cierto es que un grupo de urólogos de Ciudad del Cabo, con ayuda de colegas de Wisconsin, procedieron a trasplantar un pene de un donante de 36 años fallecido en situación de muerte cerebral y cuyos demás órganos también fueron donados a un joven que llevaba 3 años con el pene amputado.

No consta que fuera el primero, puesto que ya en el 2005 parece que se realizó en China otro trasplante similar, pero dentro de lo extraño de todo lo que acontece científicamente en aquel país, el paciente no toleró psicológicamente el órgano y pidió que se lo retiraran a los 15 días (¡?). Este ha sido el primero bien documentado y en el que se ha podido seguir la evolución clínica que ha mostrado la presencia de erecciones desde los tres meses de la intervención (lo que sinceramente es bastante sorprendente) e incluso relaciones sexuales con su pareja que produjeron un embarazo, aunque fallido, a los seis meses. Las pruebas de satisfacción psicológica del paciente dieron resultados excelentes, que pueden resumirse en la frase "Soy feliz de nuevo" con la que el paciente resumió su actual situación. De igual manera los resultados de función urológica del pene trasplantado, muy importantes para evitar infecciones y otros problemas a largo plazo, fueron francamente satisfactorios.

Ello no quiere decir que los problemas estén resueltos. El trasplante de pene se encuadra dentro de los llamados 'alogénicos de tejidos compuestos', entre los que están los brazos, piernas, cara, útero… cuando se juntan diversos tejidos como piel, vasos, nervios, a veces huesos y cartílagos, etc. Supone la toma de por vida de inmunosupresores y, además, a dosis altas porque la piel genera mucho rechazo. Todo ello puede suponer la aparición de efectos secundarios tóxicos graves, incluso después de muchos años, que es preciso valorar cuidadosamente y sobre todo sopesar respecto a los beneficios.

Cuando se trata de un trasplante vital como el de hígado o corazón hay poco que discutir: son los efectos secundarios o la vida. Pero en estos casos en que los beneficios son obvios pero no vitales la decisión de paciente y equipo médico debe estar muy sopesada.

Lo cierto es que en mayo de 2016 el equipo de Wisconsin y en abril de este año los de Ciudad del Cabo, han llevado a cabo la experiencia y son solo las primeras muestras de algo llamado a extenderse en los próximos años, esperemos que con criterios estrictamente clínicos y sin caer en frivolidades que en absoluto son descartables si las cosas siguen funcionando.

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