ANDRÉS ABERASTURI. PERIODISTA
OPINIÓN

Justin Bieber y los políticos

Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.

En todos los considerados grandes periódicos españoles también llamados nacionales -casi todos los periódicos son grandes al margen de sus tiradas- dos noticias ocupan un lugar destacado en sus portadas (edición digital): las matizaciones posibles del PP a las propuesta de Ciudadanos y el cierre de su cuenta de Instagram del cantante Justin Bieber por los numerosos comentarios de odio de sus fans.

Debo admitir que del PP sé algo más -poco, es verdad- que del tal Justin Bieber con el que me topo mucho en las redes sociales pero del que no podría decir un solo título de sus canciones ni le reconocería si me cruzara con él por la calle. Por eso me sorprende que se convierta en noticia, con foto y todo, su decisión de cerrar su cuenta en ese sitio que tampoco controlo mucho, Instagram, y no es que yo sea más de "tuiter", es que es lo único que sé manejar con cierta soltura porque ni tan siquiera he llegado a Facebook, que cada mañana me alegra el día anunciándome por correo en "tengo más amigos de los que imagino" y me pregunta si conozco a no sé quién, que naturalmente no conozco. De Facebook, cuando me lo explicó un sobrino adolescente, me separó lo del "muro"; eso de "colgar en el muro" me resultó francamente desagradable y decidí no entrar nunca. Pero estos son dilemas personales que a nadie le interesan porque uno no es el tal Justin Bieber, jovencito al que según acabo de ver, siguen en tuiter la friolera de 86.429.318 personas. Si uno de nuestros partidos tuviera la décima parte de esa cantidad de seguidores, aquí teníamos gobierno asegurado hasta el año 2030. Ya sé que esto que he escrito es una maldad y que son fenómenos distintos aunque no crean que tan diferentes.

Resulta inquietante la explicación del tal Bieber da de su trascendental decisión de cerrar su cuenta en Instagram. El chaval ha acusado a sus admiradoras de no ser realmente unas auténticas seguidoras y ha añadió algo tremendo que podría conectar con el pensamiento que parecen tener muchos líderes políticos y reinar en muchos partidos: "A una fan de verdad le gustaría todo a aquello que a mí me gusta". Semejante idea se da mucho en Corea del Norte, por ejemplo, y me temo que flota como un pez muerto en el subconsciente de muchos dirigentes. A Bieber se le puede perdonar porque un chaval a esa edad no entiende mucho y me imagino que está desbordado de egolatrismo y borracho de éxito. ¿Pero qué pasa con los políticos, los nuestros y los que no son nuestros?

Aquí de lo único que pueden estar un poco chispas no es precisamente de éxito sino de fracaso pero siguen creyendo que ellos son la única solución y que los votantes se equivocan al depositar su papeleta como las fans de Bieber. A los ciudadanos nos tiene que gustar lo que ellos deciden en sus estructuras piramidales aunque traten de disfrazarlas con una pátina de democracia interna que realmente no existe. Pero siendo grave el problema de España ahora mismo, qué decir del famoso Brexit que se va posponiendo cada vez más y puede llegar -si es que llega- para el 2019. No me extraña que cada vez sea más verdad que los referéndums los carga el diablo. Y esto que digo es defender la democracia porque la propaganda que inclina las balanzas está llena de falsedades, mentiras y disparates. No hace falta recurrir a la manida llegada de Hitler al poder: que un tipo como Donald Trump pueda ser presidente del país más poderoso de la tierra gracias a la democracia, pone los pelos de punta a cualquiera.

Esto es lo que hay y habrá que arrimar el hombro para cambiarlo un poco o cerrar la cuenta de Instagram quien la tenga.

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