—Envido.

—Envido más.

—Que sean 10.

—Órdago.

—Veo.

Traduzcan esta conversación del tradicional juego de cartas al mundo del fútbol y entiéndase como la conversación que han mantenido el presidente y el gran icono del Real Madrid, a través de sus respectivos entornos. Cristiano Ronaldo nunca se ha sentido querido por Florentino Pérez. Cree que no ha sido cariñoso con él en lo personal e injusto en lo económico, no equiparándole a Leo Messi o Neymar como los mejores pagados del planeta. Es más una cuestión de feeling y de status que de dinero.

El presidente, sin embargo, considera que su club está por encima de cualquier estrella, por muchos goles,  muchos Balones de Oro y muchas Champions que haya ayudado a poner en las vitrinas del Santiago Bernabéu.

Lo que están viendo ahora, con la Juventus como trasfondo, es un simple problema de relato. El Madrid, por primera vez, ha aceptado el órdago de su estrella y quiere que se retrate: que diga públicamente que se quiere marchar, que traiga una buena oferta e intentar acabar lo mejor posible la relación.

El relato de Cristiano es que el Madrid le está empujando a la puerta de salida, hacer transparente su sentimiento de que se le ha faltado al respeto y de que se ha sido desagradecido desde el palco con su espectacular rendimiento. Vamos, que el Real Madrid quiere que parezca que Cristiano busca irse y Cristiano, que el Real Madrid le invita a marcharse. Más allá del cuento, parece que no hay vuelta atrás a su salida tras nueve años impresionantes.

La Juve, con la familia Agnelli de fondo, va a tener que explicar muy bien al mercado y a la FIFA una operación de 340 millones en cuatro años. Nada fácil de conseguir en estos tiempos para un club que cotiza en bolsa y no tiene un estado detrás.

El problema, en clave de fútbol, es que a la hora de contar la posible salida del portugués del Madrid no valen los amarracos y sí los goles: 44 la pasada temporada vestido de blanco. Puede que Florentino se ahorre un gran sueldo y que amortice un fichaje que costó 90 millones en un jugador de 33 años, pero comprar 44 goles en este mercado no le va a costar menos de 300 y puede que necesite hasta dos jugadores de perfil muy alto para alcanzarlos.

En lo del mus, ya se sabe que lo más importante es mentir lo mejor posible.