CÉSAR-JAVIER PALACIOS. PERIODISTA EXPERTO EN MEDIO AMBIENTE
OPINIÓN

¡Acabemos con las papeleras!

César Javier Palacios, colaborador del 20minutos.
César Javier Palacios, colaborador del 20minutos.
JORGE PARÍS
César Javier Palacios, colaborador del 20minutos.

Hace años visité un parque natural en el sureste de Inglaterra. Después de varias horas de paseo llegué a un observatorio con mesas para hacer picnic. Saqué de la mochila mi bocadillo campero tamaño XL e instintivamente me puse a buscar una papelera. No había. En su lugar, un cartel justificaba la ausencia con grandes letras: "Aquí no queremos tu basura. Llévatela a casa".

Tiempo después visité la isla de Lobos, al norte de Fuerteventura. Es un volcán deshabitado en medio del Atlántico. Allí Matías hacía lo posible y lo imposible para recoger todos los desechos que los visitantes depositábamos en las decenas de papeleras instaladas a lo largo de los senderos, los echaba a un carrito tirado por un ruidoso quad, el único vehículo a motor del islote, y los amontonaba en el espigón a la espera de la llegada desde Corralejo de un barco convertido en improvisado basurero flotante.

En ese momento me acordé de la experiencia inglesa. ¿No habría sido más sencillo que los turistas se llevaran sus desperdicios a tierra firme, para allí depositar los papeles en el contenedor azul, los plásticos en el amarillo y los vidrios en el verde? Matías se rió. Su experiencia como guarda de medioambiente no dejaba lugar a dudas. En España, si vas a tirar un papel y no hay una papelera cerca, el papel va al suelo.

Basuraleza. Así acaba de ser bautizada la basura que asfixia los parques naturales. El proyecto Libera, liderado por Ecoembes y SEO/BirdLife, no instalará miles de papeleras en el campo. En su lugar nos invita a recoger todo desecho que encontremos en la naturaleza (no el nuestro, el de otros), llevarlo a la ciudad y reciclarlo.

Gracias a la colaboración de más de 2.500 voluntarios, en solo una semana se ha "liberado" a las zonas húmedas de tres toneladas de residuos. Más de una tercera parte de los objetos eran de origen plástico. El resto fueron toallitas higiénicas, latas de bebidas, colillas y papeles. De no recogerse, el 80% de esta basuraleza acabará en el océano. Se estima que hasta 12 millones de toneladas de plásticos llegan cada año al mar, un camión de basura al minuto. Así se explica que la pasada semana apareciera muerto cerca de Cartagena un cachalote atiborrado de inmundicias. Tenía en el estómago 29 kilos de residuos entre redes, bolsas, sacos de rafia, cabos y hasta un bidón. Pobre animal.

Somos sucios y derrochones. Incluso los alimentos más bio se venden embolsados hasta el delirio. Serán ecológicos pero en nada son sostenibles. Y la culpa no la tienen los supermercados. Al día siguiente de que rechacemos el plástico de un solo uso éste desaparecerá de las estanterías, de los campos, de los estómagos de las ballenas y hasta de las papeleras. Porque como bien señalaba el sabio Baltasar Gracián, "errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros".

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